CEPAL. Desigualdad económica, desigualdad social
Este lunes, mi amigo docente y sociólogo, Sergio Altamirano, publicó en su muro de Facebook, un artículo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la que hace un reconocimiento suscinto sobre la grave desigualdad que avanza en nuestra región, logrando impactar más en las capas sociales de la pobreza, y donde México aparece como el país con mayor desigualdad de Latinoamérica.
Ante la importante información que se expresa, me permitiré citar esta comuna el día de hoy en mis publicaciones de Medios.
(...) Cada año, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publica su Panorama Social de esta región del mundo.
El ejercicio anual brinda un buen número de indicadores útiles para leer la realidad económica y construir posibles escenarios con base en datos verificables.
El panorama, correspondiente a 2016, tiene como eje el fenómeno de la desigualdad social, a la que define como un enorme desafío que afrontan los Estados, y el mayor obstáculo para lograr el desarrollo sustentable.
La desigualdad, está presente en casi todas las sociedades, con independencia de sus formas de organización político-económica.
La desigualdad, condiciona las posibilidades de crecimiento individual y colectivo, y convierte en deseos los proyectos de mejora social aplicados sin reducir la brecha existente entre las minorías que disponen de grandes recursos económicos y las mayorías que prácticamente no disponen de nada.
Esta brecha es por sí sola un factor que conspira contra cualquier propósito de desarrollo equitativo, al fomentar y mantener una asimetría que en primera instancia es distributiva (referida a la apropiación de ingresos, bienes y servicios), y luego se hace extensiva a los ámbitos de la política, la salud, la educación, los derechos de las personas y la cultura en el sentido más amplio del término.
Pero la cuestión se agrava en América Latina, donde se encuentran las sociedades más desiguales del planeta, y especialmente en México, país tomado de referencia obligada cuando se trata de ejemplificar acerca de la desigualdad.
Sobre este particular las cifras son contundentes: baste comentar aquí que, en nuestro país, dos terceras partes de los activos físicos y financieros existentes se hallan en manos de 10 por ciento de las familias. Y el uno por ciento posee más de un tercio de dichos activos.
Si se inscriben los datos del Panorama 2016 en el marco del actual modelo económico se advierte que el diseño de éste no es operativo frente a semejantes cifras.
Hipotéticamente, el principio de desregulación, el dejar hacer al libre mercado para que éste fije su propio equilibrio puede funcionar si los participantes están en condiciones de competir dentro de ciertos parámetros económicos, es decir, si no hay entre ellos una desigualdad tan extrema como para que la autorregulación sea imposible.
Y éste es el caso de México.
¿Cómo van a acomodarse por sí mismos los factores de la economía productiva (inversión, costo, precio, beneficio) en un espacio donde un puñado de agentes económicos tiene la inmensa mayoría de los recursos y todos los demás una parte mínima? Sin la participación activa del Estado no hay libre mercado, hay selva.
El documento de la Cepal aclara también que el análisis de las desigualdades sociales necesita poner atención en la distribución de activos, de medios y oportunidades, de ingresos y otros resultados, de poder e influencia. El hecho es que la asimétrica propiedad de la riqueza conlleva una asimetría en materia de derechos sociales que no se puede separar de aquella.
Y resulta, difícil concebir mecanismos de avance en la lucha contra la desigualdad mientras permanezca intacta la desigual estructura económico-financiera y productiva que prevalece en México.
Fuente: Publicado por Mtro. Sergio Altamirano de acuerdo a la publicación de la CEPAL del 10/06/2017.
Jorge Alfredo Lera Mejía
Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).
Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.
Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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