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Reprobados en desigualdad y cobertura educativa

Por: Jorge Lera Mejía El Día Domingo 21 de Agosto del 2016 a las 22:00

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La desigualdad social y el acceso a una educación de calidad, es un problema estructural en la mayoría de países, principalmente de habla hispana, por la misma se está produciendo una mayor diferenciación de las clases sociales y una mayor desigualdad económica, considerándose el “Mal del Siglo XXI” por el economista francés Thomas Piketty (El Capital en el Siglo XXI, FCE, 2014). 

Un aspecto fundamental, es considerar que con una mayor cobertura escolar, menor rezago y deserción escolar, y por medio de una educación de calidad y accesible a todos los niveles, se podría evitar la ampliación de lasdesigualdades que amenazan a las economías y determinan una forma de esclavitud moderna, debido que a los más pobres les damos la peor educación posible, por ello la desigualdad social profundiza la desigualdad escolar, pues cada vez que se pasa de un nivel escolar a otro, quedan menos estudiantes y son los que tienen mejor nivel económico. Los más ricos y los acomodados.

Por otro lado, baja drásticamente la cobertura escolar, subiendo la deserción de los estudiantes más pobres, entre nivel y nivel escolar. Por esto la pobreza se radica y eterniza aún más en los marginados, resultando en una mayor desigualdad económica ante una mayor desigualdad educativa.

La equidad continua siendo una tarea pendiente. El acceso y aprendizaje de los alumnos siguen siendo determinados por su origen socio económico y procedencia geográfica. La baja calidad y escasez de opciones educativas para los más pobres hacen del sistema educativo un reproductor de las desigualdades sociales

El sistema educativo mexicano es muy desigual. Los niños y jóvenes que no asisten a la escuela, los que presentan mayor rezago y más bajo rendimiento académico se concentran en las zonas de más alta marginación y en los quintiles más bajos de ingreso.

Por ello la sociedad se enfrenta a un doble desafío, atender las desigualdades de acceso y cobertura a la educación y, al enfrentar la problemática, hacerlo aumentando la calidad de la educación que se brinda en las aulas. Aparece una riña de competencias entre instituciones públicas vs. privadas.

Cobertura educativa por nivel escolar. A nivel nacional en el año 2005, la tasa bruta de cobertura escolar en educación primaria era de casi 93 por ciento, siguiéndole las correspondientes a la secundaria con 88 por ciento, al preescolar correspondió 66 por ciento, y a la enseñanza media superior el 55 por ciento. Muy abajo la educación superior representó solamente el 26 por ciento.

Estadísticas más recientes, según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Tasa Bruta de Cobertura (TBC) por nivel alcanzó, en el ciclo 2011-2012, los siguiente valores relativos: 83.0% en preescolar, 102.8% en primaria, 96.8% en secundaria, 69.3% en media superior y 32.8% en la educación superior. Mostrando un avance significativo entre los años 2005 al 2012 en cantidad, que no es lo mismo que calidad educativa.

Desigualdad educativa en educación básica. El reporte del INEE (octubre de 2015) revela que los mandatos constitucionales no se han cumplido en el tema de cobertura. En el caso de preescolar, el país tiene una cobertura real neta de 71.3 por ciento, siendo Tabasco el estado que, sorpresivamente, se acerca más a la cobertura universal en este nivel educativo (91 por ciento). En cambio, Quintana Roo (con una cobertura neta de 57.7 por ciento), Baja California (con 58.3 por ciento) y Chihuahua (con 59.6 por ciento) son los estados más atrasados en sus esfuerzos para garantizar oportunidades educativas a los niños de 3 a 6 años.

En 60 años, México ha aumentado la escolaridad promedio de su población en casi 7 años. Este esfuerzo es similar al de Corea y superior al de Colombia, Brasil, Argentina, Chile y Estados Unidos.

No obstante los avances del sistema, aún hay más de 3 millones de niños y jóvenes entre los 3 y los 17 años fuera del sistema y más de 5 millones entre los 17 y los 29 años con rezago educativo.

Desigualdad educativa nivel secundaría. Los datos evidencian además los problemas que persisten en oportunidades de acceso a la secundaria. Hace más de veinte años, el Estado mexicano ha prometido el derecho a la educación secundaria y todavía está lejos de cumplir dicha promesa. 

La cobertura real neta a nivel nacional es de 84.9 por ciento. Además, 16 estados están por debajo de la media nacional. Entre éstos, los que presentan los menores niveles de cobertura de secundaria son lo que cuentan con mayor nivel de marginación. Chiapas, por ejemplo, tiene una cobertura neta de sólo 72.2 por ciento en secundaria.

Además de la baja cobertura, otro problema es la "extra edad". A nivel nacional, 4 por ciento de los jóvenes que cursan secundaria lo hacen a una edad de dos o más años por encima de lo que se contempla que deberían hacerlo, es decir, cuando tienen 14 años o más en lugar de 12. Esta situación es sustantivamente peor en los casos de Guerrero (con 9.6 por ciento), Oaxaca (9.2 por ciento) y Chiapas (8.2 por ciento).

Desigualdad educativa nivel medio superior. La obligatoriedad de Educación Medio Superior (EMS) establece como meta alcanzar la cobertura total en el ciclo escolar 2021-2022. En 2010 la EMS atendió a 4.2 millones de estudiantes de los 6.3 millones de jóvenes de entre 15 y 17 años de edad. De los 2 millones de jóvenes de entre 15-17 años que no ingresaron a la EMS, aproximadamente 800 mil no eran atendibles en este nivel por no haber culminado el nivel anterior o por haber desertado en etapas anteriores. 

La EMS absorbió en 2010 al 96.4% de los estudiantes que culminó la secundaria en el ciclo inmediato anterior. En el ciclo escolar 2009-2010, desertaron 605 mil jóvenes (más de 3 mil por día escolar) de los cuales más del 25% lo hizo durante el primer año de EMS. 

Ante estas estadísticas, se muestra que las desigualdades de oportunidades educativas son aún más dramáticas en el caso de la Educación Media Superior (bachillerato). A cinco años de que se venza el plazo que los legisladores contemplaron para garantizar la cobertura universal en este nivel educativo, queda claro que el país no alcanzará esta meta, pues sólo se tiene una cobertura del 54.8 por ciento. 

Al observar las diferencias entre entidades, destaca que los desafíos no sólo se concentran en las entidades con mayores niveles de pobreza, sino también en estados con mayores niveles de riqueza. Por ejemplo, Nuevo León tiene una cobertura de 50.4 por ciento en media superior mientras que en Querétaro la cobertura es de 54 por ciento. 

Los nuevos gobernadores que llegan a estas entidades enfrentan, dentro de los múltiples retos educativos, enfrentan el de brindar oportunidades a sus jóvenes. Más dramática es la situación para los nuevos gobernadores de Guerrero y Michoacán, con coberturas actuales de 43.6 y 44.9 por ciento respectivamente. 

En el caso de la "extra edad" de los jóvenes de la educación media superior, la situación es más sombría, pues además de que muchos no alcanzan a cursar este tipo de estudios, cuando lo hacen, un porcentaje importante llega con problemas de extraedad grave: 15.4 por ciento a nivel nacional. 

Diversas entidades presentan niveles superiores al promedio nacional: una cuarta parte de los jóvenes michoacanos que alcanzan a estudiar bachillerato o preparatoria lo hacen con 2 o más años de retraso, al igual que 23.6 por ciento de los jóvenes en Jalisco, 21.7 por ciento en Nuevo León y 18.4 por ciento en la Ciudad de México.

En resumen, nuestro país está lejos de garantizar oportunidades educativas para los jóvenes, pese a que en los últimos 15 años ha crecido sustantivamente la matrícula en media superior (entre 2006 y 2013, creció en 35.2 por ciento).

Desigualdad educativa en nivel superior. La matrícula total en nivel superior (universidades y tecnológicos) evoluciona, mientras que en el ciclo escolar 2006-2007 alcanzó alrededor de 2 millones 525 mil estudiantes (sin incluir el posgrado), en 2011-2012 se situó en cerca de 3 millones 274 mil y en 2012-2013 alcanzó una cifra cercana a 3 millones 500 mil.

En las modalidades educación superior escolarizada y no escolarizada, la cobertura total se incrementó de un equivalente a 25.9 por ciento de la población de 19 a 23 años en el ciclo 2006-2007 a casi 33 por ciento en el ciclo 2011-2012 y se alcanzó una cobertura cercana a 35 por ciento a fines de 2012. Más de 72 por ciento del incremento de la matrícula en los últimos cinco años (2008-2012) se logró con el concurso de las instituciones públicas.

Existe un enorme rezago en materia de cobertura, producto –entre otros factores— del arraigo durante muchas décadas de un “modelo elitista” de acceso y permanencia en la educación superior y del estancamiento de la tasa de cobertura entre 1982 y 1996, y bajo crecimiento desde 1997 a 2015.

Para reducir la brecha que separa a México de otros países de desarrollo relativo similar, la ANUIES ha propuesto la meta de alcanzar una cobertura de 60 por ciento en el ciclo 2021-2022, lo que implicaría una adición anual promedio de 2.7 puntos a la tasa de cobertura.

La meta enunciada (60%) significaría ampliar la matrícula hasta 5 millones 840 mil estudiantes en el ciclo 2021-2022, es decir, alrededor de 2 millones 570 mil adicionales a los registrados en el ciclo 2011-2012.

Si como ha ocurrido en el pasado reciente, poco más de las dos terceras partes del aumento de la matrícula proviene del régimen de sostenimiento público (universidades públicas), esta meta supondría incorporar alrededor de 1 millón 770 mil estudiantes al subsistema público y 800 mil al subsistema particular (universidades privadas).

El tránsito a las etapas de “masificación” y “universalización” de la educación superior constituye un complejo desafío tanto para las instituciones de nivel superior como para las políticas educativas.

Deserción escolar. Este recuento de las desigualdades de acceso a la educación, se completa con el tema de la deserción, pues como el reporte del INEE da cuenta, este problema aumenta sustantivamente al avanzar en los niveles educativos: 

La deserción es muy baja en primaria (0.7 por ciento en el ciclo 2012-2013), pero aumenta a 5.1 por ciento en secundaria y a 14.3 por ciento en media superior, siendo los hombres quienes abandonan más sus estudios que las mujeres (por ejemplo, 16.3 por ciento contra 12.3 por ciento en el caso de media superior). 

De esta forma, la problemática de acceso a la educación se sintetiza en una cifra muy preocupante: sólo 71.9 por ciento de los jóvenes de la generación que entró a estudiar en el ciclo 2002-2003 terminó exitosamente sus estudios en 11 ciclos escolares, y hoy solamente 54.1 por ciento de los jóvenes de 17 años tienen alguna oportunidad educativa.

 

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).

Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.

Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.

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