Los soplones
RELATO 1.-Como en el rancho, aquí no se habla de otra cosa más que de las sorpresas que se esperan una vez que cambie de mano la gubernatura de Tamaulipas este mes de octubre que asoma su rostro y, eso, según los chismocillos de café despierta un molesto nerviosismo entre quienes empiezan ha hacer maletas con motivo de la sucesión.
A la parálisis económica que vive Tamaulipas, a la evidente pobreza que se traduce en la aparición como hongos de vendedores ambulantes, limosneros y limpia parabrisas, se suman los rumores de que se arma un abultado expediente de todos y cada uno de los funcionarios de mediano nivel de la actual administración, un trabajo para el cual han colaborado sus empleados más cercanos.
Inducido o, no, los expertos en el arte de propagar rumores no se agotan y salen ahora con que en Ciudad Victoria y en otras partes de Tamaulipas un conocido señor propietario de una poderosa línea de autotransportes acondicionó oficinas donde se hace a diario una revisión de la documentación que se va recopilando para que nadie escape.
Según una versión, -repito que brotó por la boca de uno de esos rumorólogos – ya obra entre esa papelería los malos antecedentes de directores y jefes de oficina de algunas áreas del gobierno estatal, inclusive expedientes que detallan al pie de la letra sus excentricidades tanto en la oficina, como en su vida familiar.
Esto significa, que, “los nuevos” ya conocen, gracias a este supuesto trabajo que se presume era muy discreto, hasta el más leve movimiento que hizo durante su permanencia en el cargo una autoridad de mediano nivel, porque tienen en su poder hasta su itinerario por aquello de que el posible afectado intente patalear.
Y como “la fuente” es importante en este y en otros casos, esos chismocillos de pacotilla que poco se equivocan y que aprovechan la veda informativa y la sabrosa curiosidad que dobla la dignidad de todo aquel que se dice humano, aunque no les pusieron nombre ni apellido a los actores, si regalaron algunas señales.
Por ejemplo, según uno de ellos, asegura que se tienen reportes sobre cómo era un día en la vida de la esposa y de los hijos de los funcionarios, de las cuotas escolares, de las tiendas “popof”, de la ropa de marca, de los gastos en los restaurantes de lujo y hasta de otros placeres sobre los cuales la clase media no tiene ni idea que existen. Es más, hablan de numerosas fotografías de autos de lujo y de residencias que los funcionarios muchos presumían.
Y también de los personajes que el funcionario, la esposa y los hijos frecuentaban y grabaciones de las indiscreciones que cometen en la plática camino a casa.
Si esto es real, entonces sería abultada la información que se tiene ya sobre los movimientos de aquellos que causaran baja en estos días.
Ese trabajo seguramente será usado, de lo contrario para qué el desgaste y la pérdida de tiempo.
Pero no se preocupe señor o señora si usted no trato mal a su escolta, a su chofer, al empleado de su confianza, a sus sirvientes, ha su jardinero y hasta a la viejita que les vende los tamales.
Nada tiene que temer, porque ellos seguramente no les pusieron el dedo.
Ellos, los soplones, son simpatizantes priístas que ya fueron seducidos.
Por los poderosos vientos, del cambio.
RELATO 2.-La familia Valles está de luto, por eso cientos de amigos no dudamos en acudir al lugar para estrechar la mano de cada uno de ellos, para abrazarlos, para que se sientan fortalecidos en este trance por el que todos pasamos en determinado momento.
Falleció Don Francisco Valles, pariente lejano y buen amigo de mi abuelo Don Francisco Rosales Pérez, dos viejones que vivieron la vida como quisieron y eso, para ellos, valió la pena.
Yo era aún un chamaco, pero recuerdo a Don Paco Valles como un hombre alto, corpulento, alegre y muy sencillo, cuando allá en el famoso barrio de el 18 Juárez y Zaragoza hacia su aparición y con su gracia, su naturalidad y su franqueza sobresalía entre el grupo que se disputaba su compañía.
Era, Don Paco, un personaje alegre y bonachón que atraía y el autor de peculiares fábulas pueblerinas que fabricaba en el camino, que se sacaba de la manga.
Don Paco, era, el pilar de una conocida familia de Ciudad Victoria cuya vida no ha sido sencilla, pero que con el esfuerzo necesario hoy ocupa un lugar que la ha premiado con numerosos amigos, muy buenos amigos.
Vaya desde este espacio un abrazo solidario a Doña Paquita –esposa de Don Paco- a sus hijos Blanca, Elba, Julio y a sus nietos, entre ellos a Jesús Alberto, quienes gozan de la amistad de muchos porque lo único que han hecho en el camino es regalar buena vibra.
Y de mi familia reciban el pésame, porque Don Paco en nuestro barrio querido es aun muy bien recordado.
Descanse en paz.
Correo electrónico: tecnico.lobo1@gmail.com
Javier Rosales
Columnista en Tamaulipas. Su columna Anecdotario es publicada en diversos medios de comunicación.
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