El alma mater universitaria, nuestra querida Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) ha venido evolucionando a lo largo de las últimas rectorías y administraciones, en un sentido responsable de fortalecimiento de las labores académicas y de investigación.

Por ello los indicadores más recientes, la han llevado a rebasar cualitativamente con mejores calificaciones. Se conoce que la mayoría de los 90 programas académicos han sido certificados tanto por organismos internos y externos, y se aplica incluso indicadores de tipo ISO 9000 en sus aspectos Administrativos y de Desempeño.

Los avances en el nivel investigativo también han evolucionado, al contar cada día con más cuerpos académicos en consolidación y consolidados, un mayor número de profesores investigadores miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y más y mejores investigaciones colegiadas registradas en el Conacyt, siendo publicadas en libros y revistas de mayor calidad editorial e incluso a nivel internacional.

La plantilla de profesores de tiempo completo con nivel certificación PRODEP se ha multiplicado, siendo cada día mayor los profesores con grado de doctorado y el resto de tiempo libre, cumplen mayoritariamente con ser de grado mínimo de maestría. 

Los alumnos egresan con mayor condición de conocimientos y capacidades tanto humanas como técnicas, y la diversidad de carreras básicas y de posgrado son amplias y satisfactorias. Al grado de competir ya con otras instituciones tanto públicas como privadas, que son incluso cada día más reconocidas por los organismos empresariales y empresas de clase mundial que operan en Tamaulipas.

También la infraestructura universitaria tanto académica, deportiva y de otro nivel se ha consolidado.

Esto nos llena de orgullo y satisfacción. Pero nos queda un pasivo en medio de tantos avances y activos registrados al interior de la UAT. Nos referimos a rescatar el sentido crítico de nuestra universidad.

Cuando se habla del ser universitario, no sólo nos referimos al estar estudiando y terminando un grado de estudios de nivel superior. De ofertar profesionistas jóvenes capaces de competir en el mercado laboral público y privado. Local, regional e incluso, internacional. 

Además se fomenta cada día más una mística de universitarios "emprendedores", capaces de crear e iniciar una empresa productiva que participe con más y mejores empresas propias y auto empleo. 

Incluso que se generen empresas eslabonadas capaces de competir en el cada día más competido mercado empresarial de alta tecnología y de vocación exportadora. Además de provocar un medio de Pymes de calidad estándar y competitivas.

También nos preocupa disponer de una "masa crítica" de jóvenes universitarios, que participen activamente tanto en el medio social, empresarial como político.

México y Tamaulipas sufren actualmente de un ambiente de desánimo e inconformidad social y cultural, además de económico y político, que demanda cada día una mayor conciencia participativa y constructiva, que sin lugar a dudas se funda precisamente dentro de las filas de los propios estudiantes técnicos y universitarios.

Los resultados recientes de las elecciones estatales en Tamaulipas, nos prueba que los ciudadanos en edad de votar se manifestaron precisamente de forma crítica ante el actual modelo socioeconómico vigente en el estado.

Por ello, estamos en muy buena etapa dentro de la UAT, de iniciar debates y foros de consulta crítica propositiva, que abra estos temas de consulta abierta y soberana para investigar cuál es el modelo educativo y económico que requiere nuestra región noreste del país para seguir avanzando a nuevos estadios que satisfagan las falta de empleos y oportunidades, que nuestros propios alumnos y maestros requerimos para alcanzar un mejor nivel de vida y bienestar...

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).

Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.

Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.