Sección: Editoriales / Suplemento Cultural
El misterio de B. Traven
Por: Aurelio Regalado Hernández
23/01/2013 | Actualizada a las 10:20h
La Nota se ha leído 3654 Veces
A quien
conoce la leyenda de B. Traven no le resultará imposible imaginar que este
misterioso escritor bien pudo beber de la mezcla de Griffin, el memorable personaje
de “El hombre invisible”, de H. G. Wells, o ser el heredero del anillo con el
que Giges –según Platón-- pasaba inadvertido a los ojos humanos cada vez que lo
llevaba consigo.
Y es que,
hasta antes de 1923, B. Traven era un nombre no registrado en los documentos oficiales
del mundo y, aún hoy, nadie conoce a ciencia cierta su biografía completa. Sólo
se saben detalles de su vida, más una verdad irrefutable: que murió en 1969 y
que, según su última voluntad, fue cremado y sus cenizas trasladadas al pueblo
de Ocosingo, Chiapas, donde vivió quizás los años más intensos, dolorosos e
inspirados de su vida. En Ocosingo, sus restos fueron llevados “en procesión
por todo el pueblo, acompañados con música de marimbas, tambores y flautas,
entre una valla de niños que le arrojaron flores al pasar, terminando la marcha
en el jacal más humilde del pueblo”. Traven recibió así el último adiós de
cientos de hombres y mujeres que lo amaban y respetaban, porque él también los
amó y respetó. Algunas de sus novelas y muchos de sus cuentos son una auténtica
denuncia acerca de las condiciones infrahumanas en que viven y han vivido las
comunidades indígenas mexicanos desde hace siglos. Un día después de la
procesión, las cenizas de Traven fueron arrojadas desde un avión, dispersándose
en el espacio de Chiapas con la misma libertad con que él había transitado por
su vida extraordinaria.
B. Traven
había decidido ser hijo de sí mismo. En 1923 se supo de él por primera vez cuando
August Souchy, director de una revista alemana, recibió una carta suya en la
que le solicitaba informes de las más recomendables editoriales suecas para sus
libros. La carta había sido enviada desde el puerto de Tampico, donde estaba
establecido y donde se quedaría por varios años. Todavía en 1925, el editor alemán
Ernest Prenczang envió una carta al escritor a un número “del apartado postal
de Tampico”. Traven escribió en alguna correspondencia que fue un trabajador en
los campos petrolíferos de Tampico, donde conoció a un maestro, a un panadero,
a un marino y todas “las demás profesiones mencionadas” en sus primeras novelas
y cuentos, según afirma el investigador germano Michael L. Baumann. Para
muestra de ello están las referencias que Traven hace del puerto de esa época en
sus novelas “La Rosa blanca” y “El Tesoro de la Sierra Madre”.
Se dice
que Traven vivió en una casa ubicada en Estación Colonias, y que desde allá se
desplazaba a Tampico para comprar víveres y realizar diligencias. Puede ser,
aunque, como todo lo que a él concierne, se debe tomar con reservas. En 1923, cuando
se instaló en Tampico, era un hombre de entre 30 y 40 años, pero si aquí se
“registró” con el nombre de B. Traven entonces habría que saber quién había
sido antes. Este cuestionamiento perduró en el mundo cuando sus novelas fueron
leídas por millones de individuos. Pero Traven, como si fuera el portador del aro
de Giges, desaparecía y no se preocupaba por decir “ese soy yo”. Seguidor de
las ideas anarquistas, su mentalidad le llevaba a rechazar la fama y el
reconocimiento, y pensaba que “la persona creadora no debe tener otra biografía
que sus obras”. Sólo Luis Spota, en 1948, con la ayuda de Alfonso Quiroz
Cuarón, desentrañó una parte del misterio en torno al misterioso escritor, y a
partir de ahí se ha ido entretejiendo su biografía, cuyos datos parecen
inmersos en un laberinto sin salida.
Se dice
que nació en 1882 o en 1890, en Alemania o en Estados Unidos, y que su nombre
fue Albert Von Heiden. Que su madre fue Laura Bjornson y su padre Leopoldo
Fernando, vástago del Káiser prusiano Guillermo II. Laura había enviudado ya
del marino inglés Robert Croves cuando conoció a Leopoldo. Se especula también
que B. Traven fue el primogénito del alfarero Adolf Rudolf Feige y de la obrera
Horminia Wienecke, y que en 1908 se pierde su huella, al mismo tiempo que
aparece de la nada Ret Marut, quien se supone es el mismo.
Marut
dirigió un periódico anarquista y protagonizó el breve surgimiento de la
República Socialista Bávara, época en que actuó como una “especie de Robin
Hood” por sus atracos para favorecer con el botín a los pobres. En 1922 fue
hecho preso, pero se escapa y viaja a Mónaco, de donde después parte hacia
América.
En
América, sin embargo, salvo su registro de entrada, no se vuelve a saber de
Marut. Coincidentemente, en este punto nace el personaje de B. Traven en
México, como ya lo explicamos antes. Según el resultado de algunas
investigaciones en que se comparan el aspecto físico de B. Traven y Marut, se
desprende que son la misma persona. Además de esto, se encontraron similitudes
sorprendentes en su escritura y en sus ideologías. Sin embargo, Traven negó
siempre que esto fuera verdad. De hecho, el hombre cuyas cenizas fueron
dispersadas en Ocosingo se hacía llamar Hal Croves, y negó ser B. Traven hasta
su deceso. Croves era el apellido del primer esposo de la madre de Albert Von
Heiden.
Finalmente,
tras la muerte de Hal Croves, su viuda, Rosa Elena Luján, confirmó que él era
B. Traven y que antes se hizo llamar Ret Marut, y antes...etc., pero nada está
debidamente documentado. Lo cierto es que Hal Croves se nacionalizó mexicano en
1951 y que, de ser cierto que él y B. Traven eran la misma persona, su vasta
obra no ha sido considerada aún como parte de la literatura mexicana. En
Tampico, para variar, jamás ha habido un intento de reconocerle aunque sea el
que haya pisado nuestro suelo y el que viviera en la ciudad para escribir
algunas de sus novelas. Los indios de Chiapas nos dieron una muestra de cómo se
manifiesta el agradecimiento sincero hacia quienes nos legaron su obra más
humana. Pareciera que hemos olvidado que, al igual que se hizo una película de
su novela “La rebelión de los colgados”, aquí se filmó “El Tesoro de la Sierra
Madre”, basada en su novela homónima”.
|
|
|
Imagen de los actores de la película "El tesoro de la Sierra Madre" filmada en Tampico
Ultimas Columnas del Autor
|