La vivienda ya no es mercancía…es un derecho: Claudia Sheinbaum
- Ante el gobernador, Claudia selló su compromiso: techo digno para 48 mil familias.
-A Beto, vítores; a Makito, gritos de ¡fuera!, ¡auditoría! Y un regaño presidencial.
En tierra fronteriza y ante miles de ciudadanos, Claudia Sheinbaum proclamó una nueva era para la vivienda en México: “Ya no es mercancía, es un derecho del pueblo”.
Así, con esa contundencia y acompañada por el gobernador Américo Villarreal Anaya, la presidenta de la República lanzó en Matamoros el Programa de Vivienda para el Bienestar, que contempla la construcción de 48 mil viviendas en Tamaulipas como parte del arranque nacional de un plan que promete cambiar el rostro de la justicia social en el país.
Desde el fraccionamiento Las Alamedas, Sheinbaum elogió a Villarreal Anaya por su honestidad y compromiso con la transformación: “Gracias al gran gobernador que tienen, un hombre que ama a su estado”. Y remató con una arenga que encendió a la multitud: “¡Arriba Tamaulipas!”.
En su intervención, la mandataria explicó que la reforma al Infonavit puso fin a décadas en las que el acceso a una casa estaba atrapado entre burocracia, usura y privilegios. “Hoy, la vivienda está al servicio de las y los trabajadores. Ya no más deudas impagables, ya no más negocio con la necesidad del pueblo”, sentenció.
El proyecto contempla casas accesibles para personas con ingresos de uno a dos salarios mínimos.
Sólo en Matamoros se construirán cinco mil viviendas, y en Reynosa, siete mil. También habrá obras en Altamira, Tampico, Nuevo Laredo, Victoria, Madero y Río Bravo, según detalló el director del Infonavit, Octavio Romero Oropeza.
La presidenta entregó de manera simbólica los beneficios de cancelación de deuda a tres familias matamorenses, como parte del proceso de justicia social que ahora se vive desde el Estado mexicano.
En total, más de 94 mil derechohabientes en Tamaulipas han sido beneficiados con congelación de pagos, reducciones o condonaciones.
Por su parte, el gobernador Américo Villarreal dejó claro que Tamaulipas será protagonista del Plan México, no sólo en el rubro de vivienda social, sino en la construcción de entornos dignos, inclusivos y seguros: “Donde vivir sea también convivir en paz, con servicios de calidad y justicia comunitaria”.
Como parte de la gira, Sheinbaum también supervisó en Reynosa los avances del nuevo gasoducto del libramiento, una obra estratégica de 56 kilómetros que fortalecerá el abasto energético en el norte del país.
Con este arranque desde Matamoros —la gran Puerta de México—, el Gobierno de la Cuarta Transformación sella su compromiso de que el bienestar no sea una promesa, sino una realidad tangible que empieza, literalmente, por el techo.
A BETO, VITORES; A MAKITO, GRITO DE ¡FUERA!, ¡AUDITORIA! Y UN REGAÑO PRESIDENCIAL.
Mientras en Reynosa la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue recibida por ciudadanos al grito de “¡Fuera Makito!”, por el abandono criminal del alcalde Carlos Peña Ortiz, en Matamoros la escena fue diametralmente opuesta: un aplauso largo, genuino y contundente estalló en el acto público cuando se mencionó el nombre del alcalde Beto Granados.
Ahí, donde la presidenta encabezó un evento trascendental para lanzar el Programa de Vivienda para el Bienestar, el pueblo matamorense respondió con vítores y respaldo a quien sí ha dado resultados, a quien sí se preparó con medidas preventivas ante las lluvias y al que ha mantenido vigilado el cauce del Río Bravo para evitar tragedias.
Y es que el contraste entre Matamoros y Reynosa es tan evidente, que en una misma jornada de trabajo presidencial quedaron exhibidos los dos extremos de la política municipal: la eficacia y compromiso de
Beto, contra la ineptitud y el hartazgo social que genera Makito.
En Reynosa, el pueblo no se guardó nada: en plena supervisión de daños por inundaciones, gritaron a coro “¡Auditoría!” y “¡Fuera Makito!” ante la presidenta, denunciando lo que es un clamor generalizado: una ciudad colapsada, abandonada, con calles destrozadas, sin alumbrado, con aguas negras a cielo abierto, y una respuesta tardía y caótica frente a la emergencia del pasado 27 de marzo.
Mientras tanto, en un intento desesperado por lavar su imagen, el alcalde Carlos Peña movilizó con recursos públicos a simpatizantes, quienes con pancartas de “te queremos Carlos” intentaron contrarrestar el repudio.
Pero ni así: Claudia Sheinbaum le hizo un llamado público, claro y directo. Le pidió —como si hablara con un funcionario menor— que al menos mejore la recolección de basura, porque la falta de ese servicio fue una de las causas del desastre que dejó la lluvia.
“Aquí al presidente municipal le vamos a pedir que para recoger la basura todo se haga de manera eficiente, porque a veces se tira al canal porque no pasa el camión”, dijo Sheinbaum sin miramientos.
Esa declaración, lapidaria, fue más que una crítica: fue una desautorización pública, una desconfianza tácita hacia un alcalde que ya perdió toda legitimidad.
Lo cierto es que Reynosa ya tronó contra Makito, y Claudia lo escuchó.
Y Matamoros, en cambio, respondió con aplausos a Beto Granados, porque aquí no hubo inundaciones, porque hubo prevención, obra pública y trabajo, porque se gobierna sin improvisaciones ni escándalos. Porque se nota la diferencia entre un oportunista… y un verdadero servidor público.
Tello Montes
Su presencia en los medios ha sido constante. Ha colaborado en proyectos políticos partidistas y de gobierno.
Sus participaciones editoriales han sido publicados en diversos medios en Tamaulipas
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