Unicornios aztecas
La primera vez que escuché el término “unicornio” pensé que hablaban de cuentos de hadas. De esos que comienzan con un joven soñador, sin dinero, sin influencias, con una laptop vieja y una idea brillante. La diferencia es que estos cuentos sucedieron en carne y hueso, en español, con acento chilango, regio o capitalino. Y contra todo pronóstico, sus protagonistas crearon empresas que hoy valen más de mil millones de dólares. Así, como suena. Mil millones. Aquí. Desde México.
Los unicornios existen. Son empresas fundadas por personas que un día despertaron con la certeza de que podían cambiar algo que funcionaba mal o simplemente reinventar una industria entera. En vez de seguir quejándose del sistema, lo reescribieron. Algunos dormían en sofás prestados, otros pedían préstamos para pagar la nómina, otros más soportaban miradas incrédulas de familiares que aún preferían los trabajos “estables”. Pero ahí están, en la cima, construidos a golpe de pasión, ingenio y terquedad.
Kavak nació de un problema tan cotidiano como comprar un coche usado. Carlos García Ottati, un joven economista venezolano naturalizado mexicano, egresado de Stanford y formado en grandes corporativos, intentó hacerlo y terminó frustrado, sin opciones claras, sin seguridad, sin garantías. La experiencia fue tan absurda que en lugar de olvidarla decidió resolverla. Y lo hizo creando la plataforma de compra-venta de autos seminuevos más grande de América Latina. Hoy, Kavak está presente en varios países, ha levantado cientos de millones de dólares en inversión y su valoración supera los ocho mil millones. Sí, ocho mil. Lo más parecido a volverse leyenda en vida.
Luego está Clip, fundada por Adolfo Babatz, un economista egresado del ITAM y del MIT Sloan School of Management. Capitalino de nacimiento, se dio cuenta de algo evidente pero trágico: millones de pequeños comercios no podían aceptar tarjetas. Tenían clientes, pero perdían ventas. Entonces diseñó un lector simple, conectado al celular, que convirtió a cualquier changarro en un punto de venta moderno. Miles de emprendedores pudieron empezar a cobrar con tarjeta gracias a él. Clip floreció, creció, se expandió. Y se convirtió en símbolo de inclusión financiera con una valoración digna de Silicon Valley.
Bitso apostó por lo impensable. Criptomonedas en América Latina. Daniel Vogel, Pablo González y Ben Peters —emprendedores jóvenes con formación internacional en finanzas, tecnología y desarrollo empresarial— decidieron crear un exchange cripto desde México, cuando apenas se hablaba de Bitcoin en los noticieros. Vogel, por ejemplo, egresó de Stanford y fue becario Fulbright. Lo demás es historia. Bitso se convirtió en uno de los exchanges más grandes del continente, abrió oficinas, contrató talento y transformó el acceso a las finanzas digitales para millones de personas.
Konfío entendió que las pymes mexicanas estaban hambrientas de crédito y que el sistema bancario tradicional simplemente no estaba diseñado para ellas. David Arana, ingeniero mecatrónico egresado del Tec de Monterrey y MBA en Yale, trabajó en Wall Street antes de fundar su empresa. Creó una plataforma que analiza datos en segundos y ofrece créditos de forma ágil, transparente, sin oficinas pomposas ni papeleos eternos. Konfío no solo prestó dinero: devolvió esperanza. Hoy, tiene una valoración que supera los mil millones de dólares y un lugar privilegiado en el ecosistema financiero del país.
Desde Monterrey, dos jóvenes que apenas rozaban los veinte —Alfonso de los Ríos y Max Trejo— decidieron meterse al mundo del comercio internacional. Fundaron Nowports y digitalizaron la logística, esa pesadilla de aduanas, contenedores y documentos interminables. De los Ríos estudió ingeniería en el Tec de Monterrey y fue parte del programa de Y Combinator en Silicon Valley. Armaron una plataforma que permite a empresas mover mercancías como quien manda un mensaje de texto. Crecieron con velocidad quirúrgica. Expandieron operaciones. Y se convirtieron en el unicornio logístico de América Latina. Desde un cuarto, con una laptop, en un país que exige más de lo que da.
Y luego está Clara, que entendió que las empresas necesitaban algo más que tarjetas corporativas. Necesitaban control, inteligencia, claridad. Gerry Giacomán Colyer, nacido en Monterrey, egresado de Yale y exconsultor en Bain & Company, cofundó esta plataforma que ofrece soluciones de gasto empresarial con tecnología elegante y eficiente. En menos de dos años, Clara despegó con fuerza y alcanzó una valoración de mil millones. Y lo hizo con la misma fórmula que repiten los grandes: entender un problema real y resolverlo con precisión.
Más allá de la genialidad o el talento nato, hay algo que comparten todos estos emprendedores: se prepararon. Estudiaron, se capacitaron, trabajaron duro. Atesoraron el conocimiento como quien afila una espada antes de una gran batalla. No buscaron atajos. Entendieron que la educación, formal o autodidacta, es el mejor capital con el que se puede arrancar un sueño. Y no se detuvieron ahí: siguieron aprendiendo, preguntando, rodeándose de mentes que los retaban a mejorar. Porque las ideas valen mucho, pero una mente bien entrenada puede convertirlas en imperios.
Estos seis unicornios mexicanos no son accidentes, ni productos de la suerte. Son el resultado de mentes brillantes que se atrevieron a soñar en grande y a construir en medio del caos. Personas que en lugar de quejarse, emprendieron. Que en vez de buscar permisos, crearon caminos. Que supieron que el verdadero riesgo era quedarse quietos.
A los jóvenes que sueñan con emprender, que sienten que el sistema está diseñado para apagarlos, que escuchan a diario frases como “mejor busca algo seguro”, que no se conforman con sobrevivir… que vean estos ejemplos. Que los memoricen. Que estudien, que se preparen, que se rodeen de conocimiento como quien recoge leña antes de la tormenta. Que entiendan que sí se puede. Y que el futuro les pertenece, si tienen el coraje de construirlo.
Los unicornios no tienen alas. Tienen alma, propósito y la obstinación de quienes decidieron jamás rendirse.
¿Voy bien o me regreso? Nos leemos pronto si la IA lo permite.
Placeres culposos:
12 canciones de estreno: Up from the botton, Linkin Park; Afterlife, Evanescence; Still Walking with me, Joe Bonamassa; Junkyard dog, Taj Majal & Keb Mo; Congratulations, Robert Loud & Brandon Flowers; With a little help of my friends (live at the ryman), Ringo Starr con muchos artistas más; Worthy, Jackie Evancho; Vortex, Kamasi Washington; Sale el sol, Fito Páez; Tumbos, Meme del Real; Agua de Alejandro Filio; y, Como quisiera quererte, Natalia Lafourcade.
3 nuevos albums: Rushmore de Mumford & Sons; Sentient de Santana; y, Novela de Fito Páez.
Una serie: Revelación en Netflix.
Magnolias para Greis.
David Vallejo
Politólogo y consultor político especialista en temas de gobernanza, comunicación política, campañas electorales, administración pública y manejo de crisis. Cuenta con posgrados en Estados Unidos, México y España.
Además esposo amoroso, padre orgulloso, bibliófilo, melómano, chocoadicto y quesodependiente.
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