La reforma necesaria
El crecimiento de una nación está profundamente influenciado por su estructura fiscal, que determina cuánto se recauda, cómo se invierte y qué incentivos se establecen. En un mundo en constante transformación, donde la competencia por capital, innovación y talento es intensa, México enfrenta la necesidad de modernizar su modelo fiscal para garantizar estabilidad, atraer inversión y promover un crecimiento sostenible.
México ha incrementado su tasa de inversión del 12% al 16% del PIB en los últimos años; sin embargo, este porcentaje aún está por debajo del 25% que organismos como el Banco Mundial, el FMI y la OCDE consideran óptimo para un crecimiento acelerado. Países como China, Corea del Sur y Singapur han mantenido tasas de inversión superiores al 25% durante sus fases de mayor crecimiento, lo que les ha permitido un desarrollo estructural significativo. Para México, alcanzar este umbral es esencial para mejorar su competitividad y capacidad de modernización a largo plazo.
Es crucial que el país aumente sus inversiones y las dirija eficazmente hacia áreas que impulsen la productividad, el empleo y la adaptación a la economía digital y tecnológica. Oportunidades como el nearshoring, la transición energética y la infraestructura inteligente requieren un marco fiscal que incentive la inversión y garantice estabilidad a largo plazo.
La situación fiscal de México presenta desafíos significativos. El déficit presupuestario proyectado para 2025 es del 3.9% del PIB, una reducción desde el 5.9% estimado para 2024, el nivel más alto desde la década de 1980. Esta disminución se basa en una estrategia de consolidación fiscal que busca mantener la deuda pública en niveles sostenibles, apoyando la estabilidad financiera a mediano y largo plazos.
Además, Pemex enfrenta una deuda financiera que, al cierre de 2024, se ubicó en 97.6 mil millones de dólares. La empresa ha experimentado caídas en su producción; en enero de 2025, las exportaciones de crudo se desplomaron un 44% interanual, alcanzando niveles mínimos en décadas. Esta situación representa un desafío tanto para sus operaciones internas como para la economía nacional.
La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a las importaciones mexicanas, incluyendo productos clave como el acero y el aluminio, añade complejidad al panorama económico. Esta medida afecta aproximadamente 150,000 millones de dólares en productos y ha generado temores de una posible recesión en Estados Unidos, lo que podría tener repercusiones significativas en la economía mexicana.
La OCDE ha advertido que México podría entrar en recesión este año debido a la guerra arancelaria iniciada por Trump, con una contracción del PIB del 1.3% en 2025 y del 0.6% en 2026.
Frente a estos desafíos, México tiene la oportunidad de adelantarse con una estrategia fiscal que garantice estabilidad y crecimiento. Una reforma fiscal integral debería ampliar la base tributaria, reducir la evasión, eliminar ineficiencias y sobre todo crear incentivos reales para la inversión productiva. Es fundamental establecer mecanismos que faciliten la inversión en sectores prioritarios y eliminar barreras que obstaculicen la competitividad.
La coordinación entre la Secretaría de Hacienda y la Secretaría de Economía es crucial para alinear y fortalecer proyectos como el Plan México, los Corredores Económicos del Bienestar y el programa Hecho en México, asegurando incentivos efectivos para la inversión. Estos proyectos buscan posicionar al país como un nodo clave en la nueva dinámica comercial, aprovechando el momento histórico que representa el nearshoring y fortaleciendo la integración de la economía nacional con las grandes cadenas productivas globales.
La coyuntura global presenta oportunidades inigualables para México, pero también exige decisiones firmes. Mantener la estabilidad fiscal y cambiaria dependerá de la capacidad de adaptación a un entorno en constante cambio. México posee el talento, la ubicación geográfica y los acuerdos comerciales para convertirse en un eje de inversión global. Sin embargo, el contexto actual obliga a modernizar el sistema fiscal y sentar las bases de un desarrollo sustentado en estrategias internas sólidas. Las decisiones que se tomen en los próximos meses definirán el rumbo de la economía mexicana por décadas.
¿Voy bien o me regreso? Nos leemos próximamente si la IA y la economía lo permiten.
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David Vallejo
Politólogo y consultor político especialista en temas de gobernanza, comunicación política, campañas electorales, administración pública y manejo de crisis. Cuenta con posgrados en Estados Unidos, México y España.
Además esposo amoroso, padre orgulloso, bibliófilo, melómano, chocoadicto y quesodependiente.
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