Sheinbaum y el sueño mexicano de la vivienda propia
Desde su fundación en 1972 bajo los auspicios del “echeverrismo”, el Infonavit fue una panacea que la clase trabajadora vio con grandes expectativas, sobre todo porque la voz oficial de esos tiempos, dijo que en 25 años todos los elementos inscritos en este sistema tendrían el beneficio de una vivienda, lo cual no ocurrió. En esas circunstancias, hasta el más pesimista se hizo ilusiones de que tendría casa propia en algún momento.
Desde entonces los derechohabientes de ese instituto han tenido que sortear una serie de obstáculos, que en su mayoría constituyeron auténticas barreras para ascender a los beneficios del Infonavit, una de ellas es la evasión de algunos patrones al pago de las cuotas correspondientes, y que por consiguiente impide en varios casos acumular los puntajes para obtener la calificación que establece la ley para calificar.
En 2024 era necesario contar con al menos 1,080 puntos en la precalificación, cosa que no siempre es fácil de lograr, cuando intervienen elementos como: salario, edad, ahorro en la subcuenta de vivienda, tiempo de cotización al Instituto, y otras que dependen de las empresas patronales.
Ahora el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum introdujo una reforma a la Ley del Infonavit, y se propone con un cambio de reglas, crear mayores oportunidades para alcanzar el sueño mexicano de tener vivienda propia, sobre todo para las y los jóvenes, los cuáles de acuerdo a cifras del INEGI, representan más de 30 millones de personas.
Frente a esa demanda (sólo de personas jóvenes), la meta del gobierno federal es edificar un millón de casas cada año, de tal manera que irremediablemente habrá un rezago, que además se irá incrementando por cuestiones de crecimiento de la población. Esa cantidad de viviendas representa un gran esfuerzo, pero desfavorablemente somos muchos habitantes.
El plan de construcción presentado por la presidenta Sheinbaum, contempla 500 mil viviendas a cargo del Infonavit para la población derechohabiente; y otras 500 mil que serán edificadas por la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) para personas no derechohabientes, cuyos recursos serán aportados por la Financiera del Bienestar (Finabien). Esto será cada año.
EL HACINAMIENTO Y CARENCIA DEL AGUA. - Por otra parte, la ONU tiene registro de que el 38.4 % de la población en México, habita en viviendas inadecuadas; en muchos casos con hacinamiento, con carencia de servicios de agua y drenaje lo cual no aporta un escenario para practicar comportamientos saludables.
La parte positiva en el caso de nuestro país, es que, por sus recursos de ríos y lagunas en lugares apartados del medio rural y suburbano, las personas pueden cubrir sus necesidades con un esfuerzo moderado, es decir no tienen que caminar grandes distancias para transportar el llamado “Oro Azul”. Hay naciones donde las mujeres, que son las encargadas de las tareas del hogar tienen que recorrer largos caminos para llevar agua para el consumo doméstico, mientras sus maridos realizan tareas laborales que los ocupa todo el día.
Quizá la solución que demanda México, está en ejercer un mayor control en el crecimiento de la población. La famosa planificación familiar instalada en nuestro país en los años 70, tuvo críticas y oposición de los mexicanos acostumbrados a las grandes familias. Ahora, aunque la mayor parte de los matrimonios se proponen tener no más de dos hijos, la realidad es que aún existen muchas familias con 3 o 4 hijos, obviamente algunos con más.
En conclusión, a mayor número de habitantes más demanda de todos los servicios: salud, vivienda, educación, agua, etc. El gobierno no quiere emprender una restricción drástica como existen en otros países por temor a convertirse en impopulares. La realidad es que satisfacer las necesidades de 130 millones de mexicanos, no es tarea fácil; la infraestructura lograda en los últimos 70 años sufre deterioros y cada vez será más difícil atender su mantenimiento o renovación total, hablamos de hospitales, escuelas, vías de comunicación, entre otros servicios públicos.
Ana Luisa García García
(15-Nov-1950) es licenciada en Periodismo por la Universidad Veracruzana generación 1969-1973.
Ejercicio profesional en los siguientes medios: El Dictamen de Veracruz, El Diario de Cd. Victoria, El Universal y Ovaciones en la Cd. de México, El Heraldo de Tampico. Autora de la columna Argot Político en El Mercurio de Tamaulipas (1988-1989) y de la columna Presencia publicada en La Verdad (1987-2016) y en diferentes portales informativos.
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