Reformas reformadas
Desde su promulgación, el 5 de febrero de 1917, y hasta la fecha inclusive, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se ha reformado en más de 260 ocasiones.
Por esto mismo, la pena vale citar lo que en vida sostuviera el ideólogo Jesús Reyes Heroles: “Nuestra Constitución, no es un punto de llegada. Es un punto de partida. Es un texto fundamental que ayuda a transformar una realidad, y que, acatando su propio espíritu, se ha modificado y puede seguir modificándose para regir nuevas realidades, para incorporar en ella nuevos ideales, nuevos métodos de acción, nuevas técnicas exigidas por la complicada sociedad de nuestros días.
“La Constitución corresponde a lo que, contemporáneamente, se llama una ‘Constitución de evolución’.
“Conteniendo en su seno auténticas relaciones sociales, cambiantes por su esencia, responde con vitalidad orgánica a estas mutables relaciones, tiene significado esencial y sentido primordial ajustable a nuevas exigencias y facilita, dentro de la legalidad, dentro de nuestro régimen de derecho, llenar sus lagunas y anticiparse a nuevas situaciones.
“Por esta naturaleza intrínseca de nuestro texto constitucional, podemos hoy revolucionar en la legalidad, modificando las leyes con las leyes, el derecho con el derecho y las instituciones dentro de las instituciones y siguiendo, precisamente, medios institucionales”.
Al gusto de presidentes
“A pesar de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue la primera en el mundo en garantizar los derechos políticos y sociales, además de los individuales, ésta ya fue rebasada por otras; y poco a poco la política económica neoliberal está haciendo que pierda su esencia social y el espíritu por el que fue creada”, destaca el estudioso constitucional José Capetillo Trejo.
Y refiere irónico: “Han sido tantas las reformas que se le han hecho a la Constitución que, con todas ellas, tal vez hasta podrían haberse hecho otras dos”.
Con Capetillo Trejo, han coincidido otros especialistas, como Ricardo Eloy, Roberto Gutiérrez Barcia, Clemente Valdés S., Macedonio Vázquez Castro y José Ramón Cossío Díaz, quienes además se adelantaron para exhibir (aunque sin querer por el tiempo y circunstancias), claramente, la esencia de la pretensión presidencial:
“El problema fundamental no está en el texto constitucional, sino en la práctica jurisdiccional de todos los días. Así, al inicio de cada sexenio, los presidentes en turno han emprendido una serie de reformas constitucionales que tienen como objeto implementar sus programas de trabajo. Por tanto, no son normas jurídicas (lo que proponen). Son reglas políticas de un momento determinado”.
De ahí que cada presidente suela modificar la Constitución a su gusto.
Más ‘parches’
La jefa actual del Ejecutivo federal quiere, a través de las nuevas reformas constitucionales que reformarían reformas anteriores, propone modificar la Ley Electoral, para reducir el financiamiento público a los partidos políticos y extinguir la figura de legisladores plurinominales, además de impedir que la parentela de los mandatarios actuales, de los tres niveles de gobierno, y de los legisladores actuales, sean nominados para ocupar cargos públicos de representación popular.
La pretensión no sólo va dirigida a quienes todavía rehúsan subirse al barco de la mentada cuarta transformación, sino a también a los militantes o simpatizantes de Movimiento Regeneración Nacional (morena).
Son acciones que le generarían, políticamente, buenos dividendos.
Empero, hay otras iniciativas de reformas constitucionales que no son del agrado de diversos núcleos poblacionales.
Pero de que la Constitución seguirá siendo ‘parchada’ no hay ninguna duda.
Adecuaciones
Nuestra actual Carta Magna se firmó en la ciudad de Querétaro en 1917.
Con estas innovaciones respecto a la Constitución de 1857:
+ Se ratificó el sistema de elecciones directas;
+ Se decretó la no reelección presidencial;
+ Se suprimió la figura de vicepresidencia;
+ Se otorgó mayor autonomía al Poder Judicial;
+ Se otorgó mayor soberanía a las entidades de la Federación;
+ Se creó el municipio libre;
+ Se estableció un ordenamiento agrario en el país relativo a la propiedad de la tierra;
Se determinó la libertad de culto, la enseñanza laica y gratuita y la libertad de expresión; y
+ Se estableció la jornada de trabajo máxima de 8 horas y la libertad de asociación de los trabajadores.
Desde entonces --febrero 5--, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha sido ultrajada a conveniencia de los mandatarios en turno.
Correo: jusam_gg@hotmail.com
Juan Sánchez Mendoza
Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.
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