2025, primer cuarto de siglo
Cd. Victoria, Tam.- Uno de cuatro. ¿Cuántas cosas pasaron en estos 25 años que difícilmente hubiéramos imaginado el primer día del 2 mil?
Entre otras, que los tres partidos dominantes en la transición de siglo y de milenio, están ahora contra la pared, en franca bancarrota. El PRI gobernando dos estados, el PAN cuatro y el PRD ninguno, en vías de desaparición.
Hace un cuarto de siglo nadie habría creído que un subsector del Sol Azteca, una de sus tribus, la corriente obradorista, fundaría un movimiento (2011) que luego sería asociación civil (2012) y finalmente partido (2014), para en apenas cuatro años (2018) ganar la Presidencia de la República, con mayoría en ambas cámaras.
Conquistas a las que se sumarían sus 24 gubernaturas actuales, un segundo triunfo en Presidencia y la mayoría en el poder legislativo (2024), mientras los viejos membretes lucen con cúpulas mediocres (PAN), rapaces (PRI) o fantasmales (PRD).
Las oposiciones demostraron tener “pies de barro”, como reza la frase bíblica en el libro de DANIEL (2:26-45). Tema refrendado a su manera por LENIN (1916) y muy cercano a la cita de MAO (1957) cuando calificó a sus adversarios como “tigres de papel”.
En Presidencia, el siglo empieza con la alternancia ruidosa pero a la postre inefectiva (PRI-PAN) cuando ERNESTO ZEDILLO entrega la banda tricolor al decepcionante VICENTE FOX (2000).
Una segunda alternancia sobrevendría dos sexenios después (2012) año en que FELIPE CALDERÓN regresa la banda al priísta ENRIQUE PEÑA NIETO, cuyo triunfo representó el canto postrero de un partido que en las siguientes dos elecciones (2018 y 2024) renunciaría a concursar con candidato propio.
Efectivamente, en 2018 lo hizo con un aspirante ajeno (híbrido, acaso) y de bajísimo perfil, el desangelado PEPE TOÑO MEADE, con un pie en el foxismo y otro en el declinante priísmo de PEÑA.
Y en 2024 fue todavía peor, pues las huestes tricolores hicieron suya a la panista XÓCHITL GÁLVEZ. La banda había cambiado por tercera vez de partido en 2018, con el traspaso del PRI a MORENA.
¿Y EN TAMAULIPAS?
En la entidad se cuentan dos alternancias. La del PRI al PAN en 2016, tras el triunfo de PANCHO CABEZA sobre el descolorido BALTAZAR HINOJOSA y la del PAN a MORENA en 2022, cuando AMÉRICO VILLARREAL derrota con claridad a CESAR VERÁSTEGUI, el autonombrado “Truko”.
Fue esta elección de 2022 la que terminó de desfigurar al PRI tamaulipeco, que por primera vez renunció a presentar candidato propio a la gubernatura, para inclinarse de manera abyecta a la propuesta del “Truko”, como lo harían dos años después con XÓCHITL.
Humillaciones (ambas) que dejaron por saldo un montón de chatarra inservible, fierro oxidado, basura metálica, corroída y sin aplicación práctica, ahí precisamente donde antes lució una maquinaria poderosa que en sus mejores tiempos mereció el apodo de “aplanadora invencible”.
Lo valioso que hasta hace poco le quedaba eran sus operadores electorales. Pero la mayoría vendieron su alma al PAN, de manera discreta como bufones de PANCHO CABEZA en 2016 y con extremo descaro junto al “Truko” en 2022. Quedaba claro que una vez perdida la vergüenza, lo que queda es el inevitable y anchuroso camino hacia el basurero de la historia.
PROPUESTA DE CLAUDIA
Y, bueno, de todos los pronunciamientos con que arranca el año la doctora SHEINBAUM, sin duda el de mayor calado (y prospectiva) es cuando adelanta detalles de su reforma política, al confirmar el deseo de prohibir la reelección a todos los niveles.
Y también cuando nos sorprende en sus señalamientos contra el nepotismo y la infame práctica de heredar los cargos de elección a parientes, cónyuges, hijos y sobrinos, recordando una palabra que los mexicanos conocemos bien: “nepotismo”. Esto fue en la mañanera del pasado 30 de diciembre.
Se recordará que JOSÉ LOPEZ PORTILLO fue cuestionado por ello cuando nombró a su hijo JOSÉ RAMÓN en una subsecretaría de la desaparecida SPP, bajo el mote cariñoso del “orgullo de mi nepotismo”.
Aclararía entonces que encumbrar a los hijos era una vieja costumbre de los Pontífices romanos, solo que para no violar abiertamente el código canónico, en vez de llamarles hijos les decían “sobrinos” (nepotes). De ahí viene todo.
En el México actual hay ejemplos de gobernantes que heredan a sus parientes. Los hermanos HUMBERTO y RUBÉN MOREIRA VALDEZ, en la gubernatura de Coahuila.
Y para no ir tan lejos, en Reynosa, con doña MAKI ORTIZ heredando la presidencia a su polluelo CARLOS PEÑA. Reelectos ambos, lo cual violenta por partida doble la política enunciada por la doctora SHEINBAUM. Ni reelección, ni traspaso del mando entre familiares.
Sin olvidar al matrimonio formado por CLARA LUZ FLORES y ABEL GUERRA GARZA, priístas de origen ambos, la primera nacida en Monclova, Coahuila, y el segundo en Reynosa, Tamaulipas. Lo cual no les impidió apoderarse de General Escobedo, Nuevo León, donde han gobernado cuatro veces, dos trienios cada cual.
Otro caso es el clan DE LA PORTILLA en el ayuntamiento de Altamira, retorcida historia de nepotismo que empieza con el líder electricista ABAD FLORES ÁLVAREZ, continúa con el yerno GENARO DE LA PORTILLA y la hija ROMANA FLORES RIVERA para seguirse con la cuarta generación, ya abundante, por cierto.
El tema da para mucho. Bastante madera de dónde cortar, en México y Tamaulipas.
BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com
WEB: http://lopezarriagamx.blogspot.com
Carlos López Arriaga
Autor de la columna “Interiores”, comunicólogo nacido en Ciudad Mante, radicado en Ciudad Victoria. Ha tenido varias responsabilidades en distintos medios de comunicación. La columna “Interiores” se publica en medios impresos de Tamaulipas como Grupo Expreso (Victoria, Tampico, Mante), El Mañana de Reynosa y numerosos medíos digitales de toda la entidad. Dos premios estatales de periodismo “Manuel Buendía”, en los géneros de Crónica y Entrevista.s
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