Ciudad de México.-En el marco del Día Mundial del Braille, celebrado cada 4 de enero, desde 2019, los museos de la Revolución en la Frontera (Muref) y de las Culturas del Norte, en Chihuahua, cuentan modelos de innovación tecnológica que facilitan el uso de este sistema de comunicación a todas aquellas personas que lo requieran, con lo cual se promueve un recorrido interactivo e inclusivo.

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), refrenda así su compromiso con la ampliación de la oferta cultural para personas con discapacidad visual dentro de la red de museos del INAH, integrada por 165 recintos.

El Muref, ubicado en la Ex Aduana de Ciudad Juárez, puso en marcha el proyecto “Recorrido en braille y realidad aumentada”, el cual consiste en una serie de cuadernillos escritos en este sistema de comunicación y códigos QR, colocados en algunos objetos y fotografías que permiten a las y los usuarios obtener, de manera auditiva, información histórica y cultural, y realizar una visita interactiva.

Con estas acciones, el Muref se convirtió en el primer repositorio en Ciudad Juárez en ofrecer el uso del sistema braille y mapas hápticos en todas sus salas de exposición permanente, adaptadas con dichas herramientas desde el 23 de mayo de 2024, en beneficio de las personas invidentes o débiles visuales.

A su vez, el Museo de las Culturas del Norte, localizado en la Zona Arqueológica Paquimé (ZAP), en el municipio de Casas Grandes, realiza talleres de pintura y música para personas con discapacidad, y planea incluir recursos y materiales didácticos, diseñados por personal del área de Servicios Educativos, que enriquezcan su visita y conocimiento.

Asimismo, para acercar a personas con debilidad visual, ceguera o con discapacidad motora a la ZAP, el espacio museístico ofrece un recorrido interactivo por el asentamiento prehispánico, a través de un juego de mesa llamado “Paquimé”, en el cual el tacto y el oído permiten a las y los jugadores conocer el lugar, así como algunos de sus elementos emblemáticos, representados en miniaturas elaboradas con cerámica.

El juego consiste en presionar un dado electrónico para avanzar entre las casillas, en las que pueden encontrar piezas representativas de la ZAP, como son el pilarón, la cruz, una puerta en forma de T, una pelota, una olla o una guacamaya. Además, encontrarán réplicas de las unidades de Paquimé, entre las que resaltan los montículos de la Cruz y del Pájaro, las casas de los Hornos y las Guacamayas, así como ofrendas y un depósito de agua; el primero que llega a la casilla 45, gana.

Este material didáctico es propiedad intelectual de la profesora de la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua, Cinthia Urquiza Cepeda. El proyecto contó con la participación de la responsable de Comunicación de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Desireé Delgado Sujo, quien prestó su voz para escuchar reseñas sobre cada una de las unidades; y del estudiante de ingeniería mecatrónica del Instituto Tecnológico de México, Orlando Chávez Flores, encargado de la programación técnica.

Las piezas de cerámica fueron elaboradas por la familia Martínez Reyes, originaria del pueblo alfarero de Mata Ortiz, en la ciudad de Casas Grandes. Dicho material fue donado al Museo de las Culturas del Norte, y se encuentra disponible en versión gigante y en tamaño convencional, para que pueda ser jugado por todo tipo de público.