Un viaje sin regreso
Marichelo no lo podía creer, pero tenía que hacerlo con un poco de esfuerzo. La noticia sobre un accidente en carretera se había corrido como pólvora a través de las redes sociales, aunque no se había confirmado quién era la persona fallecida.
Ella comenzó a sentir un fuerte presentimiento, un dolor en la boca del estómago la estaba devastando. Se preparó un café bien cargado para tranquilizarse, porque apenas unos instantes la información aún no confirmada, le había robado la calma por completo.
En la ciudad tenía como dos horas de estar lloviendo. A Marichelo alguien le había mandado un WhatsApp para informarle que se estaba difundiendo una noticia lamentable sobre un accidente en carretera; y que el auto chocado pertenecía a la misma empresa donde trabajaba Fernando.
La vida de Marichelo dio un giro inesperado. Comenzó a sentirse mal de la presión arterial. Ella sabía de antemano que una fuerte emoción le podía costar la vida. Por eso, decidió tomar la noticia con calma. “No, no creo que sea Fernando”, pensó en voz alta, “él va a estar con nosotras en un rato más”.
La lluvia que cae durante la noche trae consigo una serie de preocupaciones a las personas, en ocasiones es porque se comienzan a aparecer goteras por el techo de la casa, se humedece la ropa, o en el peor de los casos los reporteros empiezan a informar sobre accidentes de choques automovilísticos ocurridos a cualquier hora de la noche.
Fernando tenía la costumbre de llegar casi oscureciendo a su casa. Todos los días acostumbraba a levantarse a las cinco de la mañana. Después de darse un baño, comenzaba a bolear sus zapatos de trabajo. Enseguida se ponía la camisa y el pantalón de la empresa.
Marichelo ya le tenía calculados los tiempos. Por cada ruido que Fernando hacía desde la habitación, Marichelo realizaba otro movimiento en la cocina, el sonido de los trastes era una forma de comunicarle a su esposo que ella ya estaba preparando el café o el almuerzo.
Cuando eran novios Fernando le hizo pasar un mal momento a Marichelo, ella en un arranque de coraje compró un boleto de autobús para irse a Veracruz. Allá vivía la abuela Petra. En aquel tiempo la abuela tenía una casa hecha de adobe el cual era trabajado con palos para darle dureza y solidez a la estructura de la casa; el techo se componía de palma, incluso, el piso era de tierra. Así acostumbraban a hacer las casas por aquellos lugares, cerca de donde estaba la casa de la abuela Petra, como a tres kilómetros antes de llegar a la “Playa Azul”.
Marichelo partió hacia aquel lugar hermoso lugar, ya que había pensado que, si Fernando en realidad la quería, tenía que ir por ella. Aunque esa manera de pensar, un poco rebelde, propia de una juventud que a veces no piensa, si no que actúa, parecía que la había aprendido de una historia romántica.
Fernando se presentó en la casa de la mamá de Marichelo, le explicó el motivo de la discusión que había tenido con su hija. La señora se concretó en decirle que su hija se había ido a vivir a Veracruz con su abuela Petra. Enseguida le explicó cómo podía llegar hasta allá.
Marichelo estaba muy nerviosa. Había comenzado a buscar algunos medicamentos que le pudieran servir para calmar la ansiedad y otros problemas de salud, por si acaso la noticia del accidente fuera confirmada.
Esa noche la lluvia arreciaba durante buen tiempo, luego se calmaba un poco, enseguida volvía a arreciar. Marichelo tuvo que preguntarle a su hija Ernestina si ya sabía lo que se estaba difundiendo en las redes sociales. La jovencita, estudiante de Psicología, le respondió que sí, que ya lo sabía, pero que no aseguraban cómo se llamaba la persona que se había quedado muerta y prensada en el coche; tampoco decían cuántos años tenía de edad.
El teléfono de Marichelo comenzó a sonar a cada rato, sus amistades querían saber si había sido Fernando el del accidente en carretera.
El día de la boda los novios se veían muy enamorados. Marichelo traía un vestido de novia tradicional, un vestido blanco y largo. Fernando se había comprado un traje negro. Un fotógrafo que andaba en la fiesta, les dijo: “Una foto, por favor”. Los novios se besaron en ese instante. Marichelo creyó estar viviendo un sueño hecho realidad. Amaba profundamente a Fernando.
Marichelo se decidió a hablar a la Cruz Roja para saber si ahí tenían noticias relacionadas con el accidente en carretera. “Tenemos noticas de que hubo un accidente muy lamentable, pero no nos han proporcionado información del nombre de la persona ni qué edad tiene”, le dijeron a ella.
Ernestina le comentó a su madre que ya le había hecho a su padre varias llamadas, pero no contestó el teléfono. Marichelo no sabía qué hacer, todas las posibilidades de que fuera Fernando el fallecido en el accidente eran muchas.
Ella sabía que en cualquier instante se iba a saber la verdad. Volvió a entrar una llamada más a su teléfono. El departamento de Recursos Humanos de la empresa donde laboraba Fernando, le había hablado a Marichelo para confirmar y ofrecerle al mismo tiempo sus condolencias, por el lamentable fallecimiento de Fernando.
Marichelo sintió un fuerte golpe de ansiedad, le estaba haciendo falta la respiración. “Ten”, le dijo a su hija, enseguida le entregó su teléfono celular: “contesta tú, por favor. Me siento muy mal”.
Cuando se estaban casando por la iglesia, Marichelo le dijo a su esposo: “Prometo amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte nos separe”.
Sentada en el sofá de su casa, ella recuerda esas palabras del pacto de amor que hicieron en la iglesia, entre Fernando y ella, el día de su boda. Conserva recuerdos de cuando se tomaron varias fotos en la playa, de aquel día en que Fernando fue por ella hasta Veracruz a pedirle que se casara con él.
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ