Lo que aconteció en mi generación del 91-95
En 1991 era un estudiante universitario, de 18 años de edad. La carrera que había elegido había sido en parte porque en la preparatoria una maestra de la materia de Orientación Vocacional me había dicho que en cuanto saliera de la prepa eligiera la carrera de Relaciones Públicas, según ella, porque tenía yo voz de locutor. Por otro lado, tenía la opción de estudiar Derecho, aunque la verdad no tenía ningún interés por esa carrera.
Nunca imaginé que en cuánto entrara a la carrera de RP pudiera llegar a conocer a muchos estudiantes, hombres y mujeres. El año de 1991 fue una puerta que se abrió al conocimiento, a las relaciones públicas con compañeros dentro y fuera del salón de clases. De alguna manera “debimos” usar la palabra “catedrático” en lugar de “maestro”. Al igual que en la secundaria se deja de decir “recreo”, por “receso”.
Estos cambios en el uso de palabras o conceptos, nos hacen sentir que pertenecemos a una nueva generación de estudiantes; o que vamos subiendo de nivel en los estudios.
En el salón de clases (aula) casi nunca llegamos a referirnos al que nos impartía la enseñanza como “catedrático”, más bien nos quedamos acostumbrados a emplear “maestro”. Maestro o catedrático, aula o salón de clases, lo cierto es que llegué a pertenecer a un grupo de estudiantes en donde el maestro llegó a significar un gran apoyo moral para nosotros, pues los acontecimientos que llegaron a surgir en la generación de 1991 a 1995, algunos de esos hechos fueron muy delicados, otros en cambio los recibimos de buen agrado, aunque lamentablemente las malas noticias no se hicieron esperar.
LIBROS
Por el año de 1992, aproximadamente, comencé a escuchar que entre los compañeros se mencionaba mucho la novela “Juventud en Éxtasis” cuyo autor es Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Por aquel tiempo relacioné la palabra “éxtasis” con el sexo, el placer, por lo que llegué a suponer que la novela se trataba de la historia de una pareja y los problemas con las relaciones sexuales. Aunque no andaba muy equivocado, porque la novela tiene que ver con el noviazgo y sexualidad.
Cuando fui a visitar a mi amigo Francisco a su casa, él se encontraba leyendo un libro de poesía, de hecho, cuando me senté en un sofá de la sala, mi amigo se levantó de su asiento para preguntarme si lo quería escuchar declamando “Los amorosos”, cuyo autor es el poeta chiapaneco Jaime Sabines. Francisco se la había aprendido muy bien de memoria.
POLÍTICA
El tema sobre política no era un tema exclusivo de periodistas y políticos, también en el salón de clases se escuchaban comentarios a favor y en contra. En ese tiempo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) era el partido en el poder. Algunos compañeros del salón de clases eran militantes o simpatizantes de ese partido, por ellos comencé a enterarme de qué se trataba la política.
En 1993 si mal no recuerdo, en ese año se supo de una noticia que sacudió a todo México: se hablaba del asesinato de Juan Jesús Posadas Ocampo, cardenal de la iglesia católica en México. Como estudiantes que éramos de Relaciones Públicas, ese tema se platicó en el salón como una noticia, en enseguida nos olvidamos del asunto, pues no era un tema que tuviéramos que estudiar o analizar.
Lo que sí fue alarmante es que de la noticia sobre el cardenal Posadas fueron sucediendo otras más, como cuando se levantó en armas el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la Selva Lacandona, en el Estado de Chiapas, en 1994. Recuerdo que esa noticia fue muy comentada por varios compañeros en el salón de clases. Nos había dejado sorprendidos a todos, porque llegamos a creer que el Ejército Mexicano iba a entrar en guerra, y ese tema sobre asuntos bélicos ya nos había provocado dolores de cabeza, años antes, con la Guerra del Golfo Pérsico, en 1990.
Las noticas sobre asesinatos a personajes importantes continuaron, como el ocurrido en 1994 en contra del candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Algunos compañeros del salón de clases que pertenecían al partido se sintieron devastados, porque para ellos era un político que merecía llegar a la Presidencia de República.
A pesar de tantos problemas ocurridos en México, que de alguna manera nos afectaron como estudiantes, aun así, le echamos ganas para sacar adelante la carrera. No todo era política, no todo era poesía, también nos gustaban las fiestas.
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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