La facilidad de morir en motocicleta
La sensación de libertad que brinda pasear en una motocicleta solo es equiparable a otras como volar en un paracaídas o un parapente, sin embargo, estos dos últimos no son accesibles para cualquier ciudadano, dado que no hay negocios establecidos para disfrutar de dichas aventuras, en cambio, tener una moto es mucho más fácil, ya que además de que las hay baratas, estas se pueden adquirir a la vuelta de la esquina.
Contar con una unidad de dos ruedas no tiene exigencia alguna, basta con sacar la tarjeta de débito o crédito y listo, ya eres un prospecto más de la creciente demanda y uso de este tipo de transporte y con unas horas de practica cree uno estar capacitado para circular por calles y avenidas.
El cuerpo humano se convierte en el chasis, que, al más mínimo impacto, sufrirá sin duda de lesiones muchas veces irreversibles para ser aliviadas rápidamente y en el peor de los casos a la invalidez permanente y a la muerte.
Cuando uno acude a una oficina fiscal con papelería lista y el monto fijado para adquirir una licencia de manejo, ya sea de chofer, automovilista o motociclista, no encontrará un área para hacer pruebas de conocimiento para operar una unidad motriz, ya sea escrita o práctica, y solo bastará hacer la fila, pagar, tomarse la foto y esperar la impresión del documento para estar en la legalidad.
Pero no todo será la sensación de libertad y adrenalina, también significará peligro, dolor, y muerte, ejemplos sobran, diariamente en cualquier ciudad, veremos a conductores y acompañantes que fallecen por derrapar en agua o aceite, por exceso de velocidad, por no contar con casco y otro tipo de protección corporal, o por manejar ebrios o drogados.
Desafortunadamente el mayor porcentaje de accidentes en motocicleta les ocurre a los jóvenes, muchos de ellos repartidores de todo tipo de productos, que se la juegan a diario sin saber si llegaran sanos y salvos a su hogar, sumándole a ello las prisas para hacer un mayor numero de entregas y la falta de pericia y capacitación para conducir o por la falta de respeto que les mostramos quienes conducimos un automóvil.
Y que decir de la moda en playas o ranchos, donde pululan los cuatrimotos y los racers 4 x 4, conducidos por hijos consentidos, que sin supervisión alguna muestran su supuesta valentía a los ojos de sus amigos o novias y sin medir el peligro corren a velocidad inmoderada por dunas o playas concurridas por turistas con niños sueltos.
Cuando fui joven le pedí a mi padre me comprara una moto y su respuesta fue, mejor te compro una pistola, es menos peligrosa.
Andar en motocicleta no es cosa de juego, es un asunto de suma responsabilidad con la que se podrían evitar las fatídicas estadísticas.
vientosdelsur@infiitummail.com
Guillermo Gutiérrez González
Matamorense de nacimiento, adoptado hace 43 años en Tampico, ex director de Noticieros de Televisa del Golfo por 37 años, autor de la columna “Vientos del Sur” con temas políticos y sociales del acontecer del país, pero con enfoque a Tamaulipas y en especial al Sur de la entidad.
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