Ayer recibí una llamada de mi hermano Rafael, el único de siete hermanos que nacimos en Matamoros y que se quedó a vivir en esa ciudad fronteriza de Tamaulipas, los demás partimos hace mucho a distintos rumbos del globo terráqueo. 

Y platico lo anterior recordando mi lugar de nacimiento y con pesar lo digo y lo afronto, que le duela a quien le duela Matamoros nació feo y así se quedó, aunque hubo gobernantes que supieron darle un toque de maquillaje con obras que medio lo transformaron, producto del trabajo y sobre todo de la honradez, a la hora de gastar el presupuesto que le corresponde a la ciudad. 

La localidad de mi infancia donde viví la década de los sesentas, era un lugar de lodo o de polvo, dependiendo de las lluvias o la sequía, pocos sectores contaban con pavimento y aún menos con drenaje sanitario, había dos pequeñas colonias residenciales y la calle sexta como calle principal, y su plaza con su quiosco y catedral, representaban el orgullo de la localidad. 

Los gringos acostumbraban a cruzar para tres cosas principalmente: A consultar al médico y comprar medicamentos baratos, a comer y beber y a buscar compañía carnal, sin descartar que la gasolina en algunas épocas era más barata del lado mexicano.  

Rafael me comentaba para bien, que el nuevo alcalde matamorense ha demostrado en el poco tiempo en el cargo, que cuando se quiere se puede, y hará hasta lo imposible por enaltecer y ennoblecer esta localidad del extremo noreste del país.  

En primer lugar, ya está erradicando el viejo lastre de la corrupción descarada de los agentes de tránsito que sin vergüenza alguna timaban al por mayor a locales y foráneos, situación similar a la de Ciudad Madero en la pasada administración. 

La Heroica Matamoros tiene un mandatario joven, abierto al diálogo, de esos seres llamados “buena onda”, sin tapujos, sin complejos, pero si con aspiraciones, aplicando el lema de que la ciudad debe de brillar con orden y equilibrio. 

Me entero ahora de que el presidente Beto Granados es integrante valioso de la “Avanzada Tamaulipeca” y que forma parte de un equipo de operadores jóvenes que apoyaron el proyecto del ahora gobernador, Américo Villarreal Anaya, situación que le brindará las facilidades en sus planes de trabajo. 

Beto fue diputado local en la pasada legislatura y fue designado candidato a la alcaldía de Matamoros de la mano del exalcalde Mario López, “la Borrega” y de Adriana Lozano, hoy Secretaria de Finanzas en Tamaulipas. 

Me comentan mis paisanos que desde el arranque de su administración Beto Granados ha demostrado que entiende y escucha los reclamos de la ciudadanía en temas de servicios públicos de calidad, en obras para acabar con las calles llenas de baches, que busca la modernización de la playa Bagdad y la limpieza y descacharrización urbana, pero sobre todo combatir la corrupción. 

Los giros negros como la prostitución descontrolada, la venta de alcohol adulterado, el fentanilo, la coca, la mota y otras sustancias, además de la trata de personas y el tráfico de inmigrantes son renglones torcidos que deben de enfrentar otras instancias y ahí aplica el dicho de “zapatero a tus zapatos”. 

A mi Matamoros ya le toca, pero no por un ratito de tres años o con azares de tiempos de un “Don Jorge” milagroso, le toca crecer, le corresponde una mejor época que lo haga, si no guapo, cuando menos más presentable y para eso los que llegaron harán su mejor papel. 

“Matamoros Tamaulipas, nunca te podré olvidar”. 

vientosdelsur@infinitummail.com 

Guillermo Gutiérrez González

Matamorense de nacimiento, adoptado hace 43 años en Tampico, ex director de Noticieros de Televisa del Golfo por 37 años, autor de la columna “Vientos del Sur” con temas políticos y sociales del acontecer del país, pero con enfoque a Tamaulipas y en especial al Sur de la entidad.