Beto Granados y La Borrega
En su reciente periodo de diputado local, Alberto Granados empezó a construir un liderazgo con los sectores productivos y sociales de Matamoros. Hoy, como alcalde, el joven edil mantiene una política de cercanía.
Este miércoles se reunió con un primer grupo de periodistas. Fue un encuentro sin cámaras ni grabadoras, una plática informal. Un ejercicio para escuchar, más que hablar.
Rebasando los primeros quince días de Gobierno, Beto ha tomado decisiones difíciles. Sabe que Matamoros es una plaza compleja y que en el objetivo prioritario de recuperar el orden y el equilibrio no hay concesiones.
Apoyado por elementos de seguridad, encabezó personalmente el operativo con el que se retiraron de la vía pública los puestos de venta ilegal de alcohol en el rol de la Álvaro Obregón. Desmanteló la impunidad.
La queja constante venía de los vecinos del sector, una zona turística en la que convergen dos de los puentes internacionales de mayor afluencia. Es una entrada importante a la ciudad.
A la par ha desplegado campañas de limpieza, bacheo, descacharrización y va contra el abuso de cientos de yonkes que invaden la vía pública con vehículos abandonados. Problemas domésticos que urge atender.
Las medidas han sido bien recibidas por los ciudadanos.
Hay otros problemas urgentes y es que el ex alcalde Mario López heredó una deuda de 75 millones de pesos a proveedores y en obras públicas. Lo dijo este jueves a los reporteros al llegar a Presidencia.
Desde aquella ocasión que La Borrega tuvo que, -muy a su pesar-, levantarle la mano en campaña, Beto Granados no ha tenido ninguna comunicación con él. Arropado en su fuero, ML sigue ausente.
La investigación de posibles irregularidades se las deja a las autoridades correspondientes.
En el primer día del nuevo Gobierno, trabajadores de intendencia sacaron a la explanada de la plaza Hidalgo, la silla que por seis años ocupó el ex alcalde. El objetivo fue que le diera el aire y quitar las malas vibras, fue el comentario en radio pasillo.
Como chiste de mal gusto, hay que agregar, que la foto del médico, Rubén Lumbreras Sauceda fue colocada en la pared de los ex alcaldes con una placa con su nombre y la fecha del interinato de tres meses.
La foto del “alcalde” por 90 días, ya fue descolgada. Solo quedó el clavo.
Beto Granado representa el relevo generacional. Cuenta con el apoyo del gobernador Américo Villarreal y con el respaldo ciudadano de una votación histórica.
Lo demás, está en sus manos.
Maribel Villarreal
Periodista en Matamoros, Tamaulipas
Es jefa de información en WRadio
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