Embarazo en adolescentes aumenta riesgo de preeclampsia, parto prematuro y anemia de la madre
Ciudad de México. - Con motivo de la Semana para la Prevención del Embarazo en Adolescentes en América Latina, del 16 al 22 de septiembre, el coordinador de Medicina del Adolescente del Instituto Nacional de Perinatología “Dr. Isidro Espinosa de los Reyes” (INPer), Alejandro Rosas Balan, alertó sobre la necesidad de aumentar la difusión de información, con el propósito de avanzar en la materia.
Informó que, entre 50 y 60 por ciento de adolescentes dijo haber utilizado un método anticonceptivo en la primera relación sexual; no obstante, por lo menos 40 por ciento no lo empleó; por lo que es necesario reforzar las tareas de divulgación para contar con una población adolescente mejor informada y que la incidencia de embarazos no planificados sea cada vez más baja.
Si bien en nuestro país más de 80 por ciento de adolescentes conoce algún método anticonceptivo, buena parte no los utiliza, y es ahí donde radica el problema. En muchas ocasiones esto se explica porque “no estaban preparados, no tenían planeada la actividad sexual y cuando ocurrió, no contaban con el anticonceptivo”, señaló.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refieren que a partir del 2017 disminuyeron los nacimientos en madres menores de 20 años: 2021 fue el de menor tasa, con 26.3 nacimientos por cada mil. Lo anterior resultó de 147 mil 279 nacimientos en jóvenes de 15 a 19 años. De 2019 a 2021, la tasa de nacimientos en niñas menores de 15 años permaneció en 0.2 por cada mil. Para ese último año, la tasa equivalió a tres mil 019 nacimientos.
Desde el punto de vista médico, la etapa ideal para que se embarace una mujer con capacidad de gestar es de los 25 a los 35 años, porque en ese momento de la vida ya se completó el desarrollo fisiológico.
Por ejemplo, la densidad mineral ósea máxima se alcanza a los 30 años; el desarrollo completo de los órganos reproductivos se presenta al término de la adolescencia y la estabilización de los procesos hormonales se alcanza después de los 20 años, detalló el especialista del INPer.
Abundó en que, la gestación después de los 35 años se considera edad materna avanzada y conlleva mayor posibilidad de cromosomopatías, diabetes gestacional, preeclampsia y aborto.
Asimismo, cuando el embarazo se da entre los 10 y 19 años también puede haber complicaciones en el feto y en la madre. Como ejemplo, la gestación a los 15 años aumenta siete veces el riesgo de alteraciones graves como la gastrosquisis, que consiste en la aparición de un orificio en el abdomen del feto, por donde salen los órganos todavía en desarrollo. La corrección de este problema requiere una intervención quirúrgica inmediatamente posterior al nacimiento.
Otra de las patologías es la preeclampsia, que consiste en el aumento de la presión arterial, por lo general después de las 20 semanas de gestación, y puede afectar órganos y sistemas como el hígado, el riñón y la coagulación, comprometiendo la continuidad del embarazo en casos severos.
El parto prematuro es una condición adicional que se puede presentar cuando se trata de un embarazo adolescente, debido a que entre los 10 y 19 años existe inmadurez de los órganos genitales como la vagina y el cuello uterino; a esto se suman infecciones vaginales y urinarias, que en conjunto pueden provocar el nacimiento antes de tiempo.
La gestación en la adolescencia tiene que ver con la posibilidad de que el bebé tenga bajo peso al nacer, dado que, como la mamá todavía está en desarrollo, hay “competencia” por los nutrientes entre el cuerpo de la gestante y el feto, y cuando el embarazo llega a término, el bebé no tiene el peso adecuado.
Esta situación trae complicaciones durante el parto y en etapas posteriores de la vida, ya que la o el bebé tiene más posibilidad de desarrollar enfermedades no transmisibles, como diabetes o padecimientos cardiovasculares, explicó el responsable del área de Salud Adolescente del INPer.
Este proceso también está vinculado con otra probable complicación, que es la anemia, es decir, la insuficiencia de glóbulos rojos o eritrocitos en la sangre, que, si no es detectada y tratada adecuadamente, puede haber pérdida importante de sangre durante el parto o la cesárea, y mayor riesgo de muerte materna por hemorragia obstétrica.
Precisó que tanto la hemorragia obstétrica como la preeclampsia están presentes como fenómenos de riesgo incrementado en casos de embarazo en personas adolescentes.
La Semana para la Prevención del Embarazo en Adolescentes en América Latina es una oportunidad para continuar generando conciencia en la población sobre la importancia de la salud sexual y reproductiva y el adecuado uso de los métodos anticonceptivos, concluyó Alejandro Rosas Balan.
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