Altamira, Tamaulipas. - La fuga de crudo en el oleoducto Madero-Cadereyta, localizada en el kilómetro 40 del municipio de Altamira, sigue sin resolverse pese a varios días de trabajo por parte de personal de Petróleos Mexicanos (Pemex).

A pesar de los esfuerzos para implementar medidas correctivas, las soluciones aplicadas hasta el momento son provisionales y no han sido suficientes para frenar los daños.

El oleoducto, que ya presenta un considerable deterioro debido a su antigüedad, no puede ser cerrado, ya que es fundamental para el abastecimiento de las plantas de Cadereyta. Esta circunstancia dificulta la intervención de manera eficiente.

La fuga, que afecta un área dentro de un rancho particular, ha generado preocupación tanto por los impactos ambientales como por los riesgos asociados a la infraestructura obsoleta del ducto.

Las autoridades y el personal técnico en el lugar urgen la asignación de recursos adicionales para mejorar las condiciones y evitar que el problema se agrave.

Pemex continúa con los trabajos en la zona, pero la solución definitiva sigue pendiente.

SJ/IE