Ciudad de México.- En el contexto del Día Mundial del Autocuidado (24 de julio), organizaciones como AFAMELA (Asociación de Fabricantes de Medicamentos de Libre Acceso), ILAR (Asociación Latinoamericana de Cuidado Responsable) y ANAISA (Asociación Nacional de la Industria de Suplementos Alimenticios) se unieron en un llamado a la población para generar conciencia sobre el autocuidado en todas sus dimensiones que van desde la nutrición hasta la optimizar los recursos sanitarios, impulsando así una salud sostenible.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define al autocuidado como la capacidad de promover y mantener la salud, prevenir enfermedades y manejar la enfermedad con o sin apoyo médico. Este concepto se apoya en siete pilares que incluyen conocimiento y alfabetización de la salud; uso responsable de servicios de salud, actividad física, alimentación sana, evitar riesgos innecesarios, buena higiene y bienestar mental. Esto promoviendo un rol activo en la propia salud para mejorar la calidad de vida y reducir la dependencia de servicios médicos.

Un estudio de la Federación Global de Autocuidado (GSCF) revela que en América Latina, la implementación de prácticas de autocuidado podría economizar aproximadamente 7.2 mil millones de dólares anuales en el tratamiento de condiciones simples y no graves. Además, se podrían ahorrar hasta 122 millones de horas productivas de profesionales de la salud, las cuales podrían ser reasignadas a casos más críticos. Este ahorro enfatiza la importancia de integrar el autocuidado en las políticas de salud pública, no sólo para aliviar la carga sobre los sistemas de salud, sino también para mejorar la eficiencia y la respuesta general de los servicios médicos en la región.

Durante su intervención, Matías Caride, presidente del Consejo Directivo de AFAMELA, destacó la importancia de empoderar a la población para tener mayor cuidado de su propia salud y de integrar al autocuidado en las políticas de salud pública: “esto permitiría para aliviar la carga sobre los sistemas de salud; así como mejorar la eficiencia y la respuesta general de los servicios médicos. Por cada peso que se gasta en medicamentos de venta libre en México, el Estado se podría ahorrar hasta cinco pesos. Eso da un poco más de 20,000 millones de pesos de ahorro para el sistema público”, subrayó.

La colaboración entre diversos sectores de la sociedad, como autoridades, profesionales de la salud y el sector privado, es clave para impulsar el acceso a nutrientes. A través de esta colaboración, se puede fomentar el autocuidado eficaz, especialmente en lo que respecta a alimentación saludable y el uso adecuado de suplementos alimenticios. La clave está en contar con una población adecuadamente informada que comprenda que los suplementos alimenticios son parte de un enfoque integral de salud, según Coral Moctezuma, Gerente de ANAISA.

Por su parte, Juan Thompson, presidente ejecutivo de ILAR, señaló que el autocuidado es fundamental para garantizar la equidad y la cobertura universal de salud, brindando mejores resultados a la población. “De allí la importancia de marcos regulatorios que fomenten la innovación y faciliten el acceso a intervenciones y productos de autocuidado.  Esto requiere el compromiso y el apoyo de todos los actores del ecosistema de salud, como asociaciones, profesionales de la salud, tomadores de decisiones y agencias reguladoras”.

Fomentar una cultura del autocuidado es fundamental tanto a nivel individual y familiar como para el sistema de salud. En ese sentido, desde abril de este año, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad la inclusión del concepto de autocuidado en la Ley General de Salud, lo que refuerza el derecho a la salud y sienta las bases para una población mejor informada sobre la gestión de la propia salud. 

En el marco del Día Mundial del Autocuidado, se enfatiza la necesidad de fortalecer el papel de los profesionales y la industria de la salud, así como otras comunidades médicas, para promover el autocuidado entre las y los mexicanos. Esta colaboración trasciende la simple búsqueda de innovación y mejora en las prácticas de autocuidado; también facilita los procesos de estandarización y construcción de confianza que son esenciales para mantener el ritmo de la innovación y asegurar un acceso seguro y eficiente a los recursos de salud para toda la población.