Podemos analizar lo que significa la democracia moderna por su evolución a través de los años y la misma que actualmente vivimos. Desde las filosofías de pensadores como Sócrates que decían que cuando en una democracia la parte mayoritaria de la población terminaba ejerciendo mayor influencia o dominando a la o las minorías, pues desde ahí ya el sistema democrático no ejercía su verdadera función.  

Aunque se jacte una nación de enarbolar los mejores principios democráticos, generalmente terminan sucumbiendo ante ciertos intereses fácticos, económicos, de grupos, etc. Muchos piensan que no caen en tal situación, pero es como a aquellos de pensamiento socialista o comunista que se dicen ser diferentes pero que terminan coincidiendo en los mismos principios marxistas que culminan también enarbolando al final.

 Un gobierno democrático que intenta imponer un status quo a manera del pensamiento y formas de los mismos gobernantes, pues no es tan democrático, pueden hacer la farsa de ser totalmente incluyentes y paritarios con las diferentes expresiones ciudadanas cuando en el fondo no lo son. Es más, cada vez vemos que el divisionismo crece en muchas democracias modernas, claros ejemplos son los de Estados Unidos y nuestra nación.

Si piensas como yo estas en el lado correcto del momento y de la historia y si no, eres un disidente del sistema y del “bien hacer y actuar”. ¿Dónde hemos visto y escuchado esto? Esta forma de actuar se termina replicando entre los diferentes actores y grupos sociopolíticos no importando sus creencias y/o posturas, termina siendo una disputa para que mi forma de pensar, gobernar o hacer las cosas, se imponga a las demás.

Actúan con bandera colectivista, pero cuidando que siempre se imponga su voluntad, el precisamente mantener el estatus quo impuesto por ellos se convierte más importante que el verdadero respeto al clamor popular. Un ejemplo clarísimo e innegable es que una vez en el poder y para mantenerlo, terminan usando las mismas tácticas que hasta ellos mismos tanto criticaron.

Y en esto al menos en nuestra nación, no hay sistema político que se salve de tal aseveración, los ejemplos los encontramos en los diversos ámbitos, se puede decir que son parte de nuestras costumbres y formas. Las contradicciones son el pan de todos los días en muchos aspectos y la sociedad acostumbrada lo toma como una realidad imperante y no como un área de oportunidad fuerte en la que hay que trabajar para cambiar.

Hace años uno defendía por poner un ejemplo a personajes como López Obrador, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y otros, y te atacaban, se burlaban, los menospreciaban y demás, y ahora muchos de los que pensaban y actuaban así, resulta que son fervientes admiradores y seguidores de ellos. Al que tanto llamaban pinche viejo loco ahora hasta le quieren poner altar.

En mi casa creciendo siempre se votó por Obrador y se le admiraba su temple e ideales y aún en lo personal lo sigo haciendo, pero no por ello dejo de criticar muchas de las cosas que no me parecen y siento se tienen que hacer de mejor manera. Ahora resulta que los que desde hace años realmente creíamos en la causa, por emitir unas críticas somos peor que todos los que ahora lo “adulan” y antes sin ninguna vergüenza seguido se la mentaban.

Una democracia no surge por ser borregos según convenga o rémoras de los peces grandes según como vaya la corriente, se construye y se busca que en verdad prevalezcan los principios de respeto, ecuanimidad, diversidad de ideologías, empatía, etc. De todo se aprende y de todos aprendemos, si nos respetamos las diferencias nuestras coincidencias como sociedad crecerán.

Y no necesariamente se tiene que haber estudiado a fondo las formas de gobierno, las filosofías, la historia universal, en otras palabras, no se necesita ser un erudito para comprender patrones de conducta situacionales que mejor nos convengan a todos. O como bien lo expresó el antes mencionado filósofo Sócrates:

“Cualquiera que sostenga una opinión verdadera sobre un tema que no entiende es como un hombre ciego en el camino correcto.”

Hablando de reflexiones:

“Nunca, nunca tengas miedo de hacer lo correcto, especialmente si el bienestar de una persona o animal está en juego. Los castigos de la sociedad son pequeños en comparación con las heridas que infligimos a nuestra alma cuando miramos para otro lado.

Da tu primer paso ahora. No importa que no veas el camino completo. Solo da tu primer paso y el resto del camino irá apareciendo a medida que avances.”

Martin Luther King.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)