Saldo blanco y más agua
Los escurrimientos de la depresión tropical ‘Alberto’, que desembocan en los ríos estatales, hacen que sus cauces hayan crecido. Y de continuar las lluvias, éstas provocarían daños a las comunidades instaladas sobre sus riberas, caminos vecinales, puentes y carreteras, aparte de los causados por la precipitación pluvial del fenómeno meteorológico.
A ello obedece que Protección Civil estime que, a la fecha, hay varios municipios que podrían entrar en estado de emergencia; y así lo ha hecho saber a la autoridad federal, ante la amenaza de que los remanentes de lo que fue un ciclón tropical y luego tormenta tropical acarreen desastre.
Hasta la víspera, los ríos Pánuco, Purificación, Guayalejo, Corona y Comandante, prácticamente rebasaron sus niveles medios. E incluso, la intercomunicación estatal fue suspendida por algunas horas --en algunos tramos--, porque el agua inundó la cinta asfáltica de las rúas Victoria-Monterrey, Victoria-San Luis Potosí, Victoria-Matamoros, Victoria-Soto la Marina y Victoria-Mante por lo menos, así como carreteras interejidales; e innumerables calles y avenidas de las zonas urbanas.
Afortunadamente hay saldo blanco en cuanto a vidas humanas y así lo precisó en la víspera el gobernador Américo Villarreal Anaya, al trasladarse de Ciudad Victoria a Tampico participar en un tema del petróleo.
La alerta de Protección Civil, emitida el martes que nos antecede, llevó a determinar a la Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET) la suspensión de clases en todos los niveles en los 43 municipios del estado, por lo que el retorno a las actividades educativas será hasta el próximo día lunes 24.
Los daños que en el Noreste ocasionaron las precipitaciones pluviales de ‘Alberto’ –degradado a depresión tropical--, contra lo que se diga no han sido evaluados en su justa y real dimensión por parte del Gobierno Federal.
A ello obedecería que en los próximos días diversos colaboradores del presidente Andrés Manuel López Obrador se dieran cita en las entidades afectadas para constatar personalmente el siniestro; y que el propio presidente esté dispuesto a citar en Palacio Nacional a los mandatarios de los estados más afectados, bajo el argumento de presentar juntos el paquete de apoyos federales para las zonas afectadas.
Éste contemplaría la cristalización de obras y recursos para atender las demandas de los damnificados en materia de salud, empleo, vivienda, infraestructura hidrológica, desarrollo agropecuario e infraestructura carretera, entre otros rubros.
Sin embargo, una cosa es lo que se presuma y otra la realidad, pues basta con visitar cualquiera de los municipios tamaulipecos afectados para darnos cuenta de que la ayuda todavía no llega, salvo las despensas que la Federación distribuye de manera exclusiva y excluyente, así como los víveres, medicamentos, agua potable y cobertores donados por la sociedad civil de manera espontánea, aunque su repartición corre a cargo de organismos altruistas y en parte son entregados a nombre de instituciones gubernamentales.
De todo esto se desprende que:
A este respecto, ya los medios de comunicación masiva (impresos y audiovisuales) han dado cuenta oportunamente de los destrozos que, a decir de la población tamaulipeca, habrán de revertirse solo con unidad, esperanza y trabajo, pues en la adversidad únicamente con labores conjuntas se puede superar el reto y adquirir una mayor fortaleza comunitaria.
Trabajo de campo
En la víspera, el Gobernador viajó a Tampico, pero por la mañana estuvo en Ciudad Victoria donde fue informado de algunos daños ocasionados por ‘Alberto’.
Y aquí, precisamente, refrendó que el fenómeno meteorológico ocasionó pocos daños y más beneficios --aunque esos daños aún resultan incuantificables por la afectación a viviendas y sembradíos--, para enseguida destacar que valora mucho la cooperación de la población que ha estado muy activa en esta contingencia.
Las palabras del mandatario, por cierto, surgieron espontáneas, pero dan aliento a las comunidades porque se pronosticaban nuevas e intensas precipitaciones pluviales en toda la entidad.
Así, Américo Villarreal Anaya confirma estar convencido de que, en toda fatalidad, es necesario jugársela personalmente por su tierra y con su gente.
Correo: jusam_gg@hotmail.com
Juan Sánchez Mendoza
Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.
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