Mire lo que son las cosas, a medida que las condiciones políticas y económicas avanzan en el mundo, se debería de pensar que México, buscaría tener condiciones de crecimiento y vida, acorde a los nuevos tiempos globales, de ir creciendo en todos los aspectos para generar la confianza en inversiones y desarrollo económico, que permitan ir bajando los índices de pobreza en todas las regiones del país.

Darles certidumbre jurídica a las inversiones, darle confianza al ciudadano de sus acciones y que la libertad de sus ejercicios laborales, profesionales no podrán ser afectados, porque existe una carta magna que lo protege, y podrá desempeñar cualquier actividad mientras esta no sea contraria a la ley.

Estas acciones hasta hace menos de seis años eran inamovibles, hasta que el presidente López Obrador, violo flagrantemente la ley y dio a conocer datos personales de un ciudadano a través de sus conferencias mañaneras y con esto violento la ley, por proteger sus acciones y de su círculo cercano acusado de corrupción.

La molestia del presidente con la Suprema Corte, no tiene precedente en la historia de México, ningún mandatario había tenido tanto odio hacia el poder judicial, todo por su necedad de tener siempre la razón, porque argumenta que no se castigó a quien él quería castigar, que no se les aplico la ley a sus enemigos políticos, y con este enojo, mando hacer una propuesta de cambios a las leyes para desmantelar la justicia mexicana, ponerla a sus servicio y su vicio única y personal, con una sola idea, acabar con contrapesos políticos y jurídicos, dicho de otra manera un golpe de estado blando.

Si estas reformas sumamos que también el INE pasara por la guillotina, entonces solo queda para los mexicanos la protección divina y encomendarse a la virgen de Guadalupe, los dos órganos más importantes de equilibrio en México son la SCJN y el INE, garantes uno de la democracia y otro de la impartición de justicia, al desmantelar y poner por elección popular, esto recaerá en todas la decisiones con el partido en el poder, dejando de ser contrapesos y dándole a gobierno en turno el poder de ser arbitro, juez y parte, con la ley a su favor.

A la oposición que no supo amalgamar sus errores y darles la vuelta, aprovechar los yerros del gobierno, de una inseguridad rampante, una impartición de justicia de un solo lado, y hacer de estos una plataforma, solo le quedan los organismos internacionales, la ONU, la OEA, y las cortes internacionales, porque una vez consumada la reforma, la oposición pasara a ser un mero espectador político y jurídico en el país.

Para las personas que no salieron a votar el pasado dos de junio, quizá fue su última oportunidad de ejercer su voto de manera libre y directa, porque elegir los consejeros de manera popular, estos serán servidores del partido en el poder, regresando en este sentido 40 años, a la época del viejo PRI, cuando el partido en el gobierno organizaba y era juez y parte en las elecciones, por eso duro 80 años en el poder.

En ningún país democrático jueces y magistrados son electos de manera popular, porque la idea es tener al mejor preparado, no al más popular y que sus inclinaciones políticas no definan sus decisiones jurídicas. Cada pueblo tiene el gobierno que merece.

Es cuánto. 

chanorangel@live.com.mx

Feliciano (Chano) Rangel Montoya

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Matamoros. Productor General y Creador del Programa de Radio “La noticia Tal y como es”, conducido por Fructuoso Sáenz.

Actualmente es director general de Alfa Producción Digital, gerente de Creatividad, Marketing y Ventas de Publicidad y Mas, fue coordinador de Comunicación del  Diputado Local por el Distrito XVIII
Ingeniero Alfonso Sánchez Garza.

Ha sido coordinador de medios electrónicos en campañas políticas y de la Universidad Tecnológica de Matamoros, entre otros cargos.