Crisis migrante: Biden cierra la frontera
La regla de cerrar la frontera norte por EEUU, al verse rebasados los cruces de transmigrantes arriba de 2500 personas por semana, acaba de sorprender a México y los mexicanos, debido a que el presidente Joe Biden en forma unilateral acaba de decretar el cierre total de sus fronteras con México, sin considerar que todos esos migrantes se han estado quedando en nuestro territorio y ahora, esta medida multiplicará la medida Trumpista de facto, del aborrecido programa "Quédate en México", lo que los analistas siempre hemos discutido que el gobierno mexicano ha estado arrodillado ante EEUU, al ser lo siguiente:
A continuación se expondrá los pormenores y las consecuencias:
DECRETO DE BIDEN:
Joe Biden acaba de ordenar el cierre temporal de la frontera a los migrantes, dicha medida refleja el drástico cambio que ha experimentado la política migratoria en EEUU, según argumentan provocado por el aumento del número de personas que cruzan dicha la frontera. Dicho decreto, implica un giro radical para Biden, que llegó a la presidencia atacando precisamente a Donald Trump por sus esfuerzos para restringir el asilo humanitario.
Estas políticas de inmigración y fronteras de ambos gobiernos de Biden y Trump, ahora se están pareciendo mucho, por lo que obviamente es resultado de la contienda electoral de los dos para aspirar a la Presidencia el próximo noviembre.
La orden ejecutiva de Biden, impedirá a los migrantes solicitar asilo en la frontera entre Estados Unidos y México cuando se registre un aumento de los cruces; se trata de una medida drástica en medio de un año electoral y que busca disminuir la presión sobre el sistema de inmigración y abordar una de las principales preocupaciones de los votantes.
Dada esta orden, se convierte en la política migratoria fronteriza más restrictiva impuesta por Biden y los representantes del partido demócrata, siendo un viraje rotundo a su imagen de ser más humanistas que los mismos republicanos. Además, se nota más drástica de la vieja iniciativa de Donald Trump del año 2018, cuando decidió suspender la migración, pero que fue bloqueada en un tribunal federal.
Vale recordar, que las restricciones entran en vigor cuando el promedio semanal (siete días) de cruces ilegales alcanza los 2,500 por día. Claramente, los totales diarios ya superan ese número, lo que significa que la orden ejecutiva de Biden podría entrar en vigor de inmediato, permitiendo a los agentes fronterizos devolver a los migrantes a través de la frontera con México o a sus países de origen en cuestión de horas.
Por lo general, los migrantes que cruzan de manera ilegal y solicitan asilo son liberados en EEUU a la espera de comparecer ante los tribunales, donde pueden defender sus solicitudes. Pero el enorme retraso acumulado hace que esos casos puedan tardar años en procesarse. El nuevo sistema está diseñado para detener los cruces ilegales.
La frontera se reabriría a los solicitantes de asilo solo cuando el número de cruces disminuyera significativamente. La cifra tendría que mantenerse por debajo de una media diaria de 1,500 durante siete días seguidos, y la frontera se reabriría a los inmigrantes dos semanas después.
Ahora, las organizaciones civiles Pro-Migrantes, van a interponer demandas contra esta iniciativa, que al igual se hizo cuando hizo el mismo intento el pasado gobierno de Trump para bloquear el asilo en 2018, lo que originó que la política fuera detenida por los tribunales federales. Este antecedente, hace pensar que vuelva a caerse esta iniciativa, debido a que se basará en la misma "litis" (conflicto de intereses caracterizado por la pretensión de un sujeto y por la resistencia de otro), ya que, si "Era ilegal bajo Trump y ahora no es menos ilegal con Biden".
En esencia y en gran medida, la orden suspende garantías humanas que otorgan a cualquiera que pise suelo estadounidense el derecho a buscar un refugio seguro.
De hecho, esta politización se muestra al comparar la actual orden ejecutiva, ya que imita un proyecto de ley bipartidista que fracasó este año y que incluía algunas de las restricciones de seguridad fronteriza más importantes que el Congreso había considerado en años. Pero los republicanos frustraron el proyecto de ley en febrero, diciendo que no era lo suficientemente estricto. Muchos de ellos, alentados por Trump, se resistían a concederle a Biden una victoria legislativa en un año electoral. En ese momento, "Trump rogó a los republicanos que votaran por el ‘no’ porque le preocupaba que una mayor aplicación de la ley fronteriza le perjudicara políticamente", dijo Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca, en un comunicado el martes, añadiendo que “El pueblo estadounidense quiere soluciones bipartidistas para la seguridad fronteriza, no políticas cínicas".
Los defensores de los inmigrantes y algunos demócratas progresistas han expresado su preocupación de que Biden estuviera abandonando su promesa de reconstruir el sistema de asilo.
EN SÍNTESIS: La actual situación que llevó a Biden por decidir el uso del poder ejecutivo de que dispone para detener la emergencia en la frontera, claramente se explica que fue para tratar de disminuir el ataque de los republicanos quienes lo acusan de haber desatado una crisis al revertir la política de "tolerancia cero" del expresidente Donald Trump, un argumento que deja por fuera el debate del respeto al debido proceso migratorio que Biden había defendido hasta ahora.
De facto, esta orden ejecutiva se viene a sumar con la pretendida Ley del gobernador de Texas, Greg Abbott, que pretende criminalizar a nivel estatal el cruce ilegal de la frontera y les daría poder a los jueces locales para deportar a los infractores.
Sin duda, los migrantes mexicanos y los transmigrantes extranjeros en tránsito por México, se verán gravemente afectados con estas medidas regresivas, y provocarán más hacinamiento de migrantes tanto en toda la frontera norte, así como la frontera sur con Chiapas y Oaxaca y los Santuarios de las ciudades intermedias...
Jorge Alfredo Lera Mejía
Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).
Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.
Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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