Hace tiempo mientras leía el libro “Manual de diseño Editorial” de Jorge de Buen Unna, me llamó la atención lo que se decía acerca de la etimología de la palabra ‘texto’. No me quise quedar con el deseo de reflexionar un poco al respecto, pero antes consulté lo siguiente en el Diccionario de la Lengua Española: “Del lat. Textus; propiamente ‘trama’, ‘tejido’”.

En la página “Definicion.com” hay un artículo escrito por Luz Lehrer donde explica el origen del término texto: “(…) el texte del francés o el testo, en el italiano. Todos ellos provienen del latín textus, que es un participio de texo, del verbo texere, y significa algo así tomo tejer, entrelazar o trenzar. (…)”.

Si nos ponemos a reflexionar en lo anterior, veremos que tejer o tejido cobra especial importancia a la hora de redactar un texto, porque lo que nos da a entender la definición es lo que vamos a realizar, es decir, vamos a tejer con palabras.

Vamos a comparar el siguiente ejemplo con lo que hemos dicho hasta ahora. Si hemos visto a una persona, mujer en este caso, al momento de estar tejiendo con estambre y con un gancho, nos podemos imaginar su trabajo el cual lo hará con paciencia, poco a poco, tejiendo con suma delicadeza porque le gusta lo que hace.

En el caso de los que redactamos textos sucede algo semejante, con mucho cuidado comenzamos a tejer las palabras, las oraciones, los párrafos, el texto.

Les puedo asegurar que quien haya leído un libro de redacción habrá notado que una buena parte está dedicada a la oración simple, ahí se analiza lo que es la construcción sintáctica o construcción lógica. Martín Vivaldi habla también de la construcción armoniosa y del estilo pintoresco, este último es donde adquiere viveza descriptiva el arte de escribir.

¿Por qué es importante que aprendamos a ejercitarnos como principiantes en la construcción sintáctica o lógica de la oración? Porque a partir de ahí vamos a aprender a coordinar oraciones, a enlazarlas unas con otras. Por eso es necesario que prestemos atención a la etimología de la palabra texto: tejer o tejido, ya que es lo que en realidad estamos haciendo al momento de redactar.

Por cierto, un texto no necesariamente se construye con oraciones sintácticas o lógicas, claro que no, pues como han dicho algunos autores que de ser así se caería en la monotonía o en el aburrimiento. Lo que sí es importante destacar, es que debemos primero dominar el primer proceso de enseñanza, para luego entrar a lo que se conoce como redacción avanzada.

Tejer con palabras tal vez sea fácil, en realidad lo es, pero si nos ponemos a tejer con conocimiento, nos podemos dar cuenta que un texto bien redactado nos exige que pongamos mucho de nuestra parte.

Por ejemplo, la autora del libro “Guía práctica de escritura y redacción”, Catalina Fuentes Rodríguez dice en una de las páginas: “Huyamos de muletillas y términos vacíos de contenido. Cosa, asunto, objeto, tema, cuestión, bueno, (…)”. Incluso, recomienda también que huyamos de los clichés o frases hechas.

Algunos textos que redactamos están compuestos con este tipo de palabras, luchar contra ellas no es imposible, pero tiene que existir una buena razón como para no emplearlas, o, mejor dicho: para no abusar de ellas. Esa buena razón consiste en que debemos redactar con claridad, sencillez y precisión.

En la medida en que dejemos de emplear las muletillas y términos vacíos, nos veremos obligados a presentar una escritura creativa, más ordenada. Por ello, debemos comenzar por comprender las estructuras básicas, para luego ocuparnos en construir oraciones complejas, como el caso de las oraciones compuestas: coordinadas, yuxtapuestas y subordinadas.   

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.