“No te entiendo”
LO CLARO. La enseñanza, la preparación educativa en el mundo deberá mantener tendencias globalizadas en el ya muy corto plazo.
Es decir; en la actualidad se impulsa con denodado afán el esfuerzo que la academia realiza para permitir la homologación de carreras entre países que tienen mucho en común. Le llaman en su caso, la doble titulación. A manera de referenciar el que los planes y objetivos de estudios llevan el mismo contexto y habilidades a los que preparan a los nuevos profesionistas.
Tal consecuencia demanda que en breve el comercio y tratados mundiales obliguen a esa universalidad.
La Universidad Autónoma de Tamaulipas mantiene la mira en tales objetivos y participa de la enseñanza académica que permita a su estudiantado una preparación integral y compatible en cualquier escenario y territorio.
La internacionalización de los programas educativos de la UAT son la constante.
El Congreso estudiantil de investigación llevado a efecto con la Universidad de Santo Tomás Bucaramanga (Colombia) permitió compartir enfoques, criterios, experiencias de éxito en materias de relaciones humanas, laborales, investigación en campo salarial; el uso de redes sociales en el micro emprendimiento entre otras áreas humanísticas.
El resultado en el corto tiempo será el análisis de un circulo virtuoso que permita estimular el conocimiento hacia el desarrollo de las zonas productivas involucradas.
LO MUY OSCURO. James Cook fue un navegante explorador de la Marina Real Británica. Por el año de 1779 descubría y anexaba a los dominios de Jorge III el nuevo territorio, país y Continente Australia (Tierra del sur, en su etimología).
Para fines históricos, la razón de la anécdota remonta al emotivo encuentro con los exóticos animales que conocieron a la expedición punitiva de Cook. Un saltarín mamífero que, a pregunta directa a los aborígenes australianos respecto a la identidad del marsupial más grande del mundo, le contestaron sin pestañear “Gangurru” que a su letra original se entendía ‘Kan Ghu Ru’.
¿El significado? “-No te entiendo”, muy similar al que ‘Alexa’ nos contesta a preguntas necias hoy en día.
Francisco Hernández de Córdoba, para el año de 1517 emprendía una semejante expedición descubridora; ésta, para la Corona ibérica y su misión fue en torno al territorio donde alguna vez los dinosaurios testificaron aquella llegada del meteoro destructivo. La península de Yucatán.
A pregunta similar a los indígenas ahora a cargo del Fraile Diego de Landa sobre (sic) “¿Cómo se llama ésta región?” los ‘mayitas’ atinaban a señalar ‘Tectetam’, que corrompiendo lo escuchado trasladaron a Yucatam.
Su descripción al vocablo era… “No te entiendo lo que tú hablas”.
Hasta antes de este nuevo proceso eleccionario en donde habremos de ser convocados mediante la emisión del sufragio en urnas para el cambio del próximo presidente de la república mexicana, se habrían contabilizado diez debates entre los contendientes a ese puesto; desde aquél primer encuentro en 1994 (Fernández de Cevallos, Zedillo y Cuauhtémoc).
Le siguieron el 2000 (9 participantes, con sólo tres con reales posibilidades: Fox, Labastida y Cárdenas); 2006: Calderón, López y Campa. 2012 Josefina, Peña, López y Quadri. Y el penúltimo 2018, con López, Meade, el Bronco y Margarita.
El 2024 se prevén sean tres y la frustración colectiva demanda una explicación seria al real significado del debate.
Los debates tienen su origen en el Senado griego (Consejo de los Helenos), apenas 500 años antes de Cristo.
En él, los estadistas formulaban y debatían ideas que traían la paz y desarrollo a sus pueblos. El establecimiento de leyes para la convivencia y el sano ejercicio de la gobernanza.
El parlamento inglés sería otro ejemplo similar.
La democracia norteamericana lo puso de moda desde aquél encuentro televisivo en 1960 entre Nixon y JFK, donde el contraste de ideas y plan de nación daban un panorama al electorado sobre el pensamiento y plataforma que lideraría por los siguientes cuatro años a sus destinos.
Los 12 que han sido presenciados por los mexicanos (sumados los dos ya emitidos entre los actuales candidatas y candidato) llevan contextos distintos a los que supondríamos un plan político que nos permita definir la inclinación hacia un proyecto de nación.
Narcocandidata, corrupta, la de las mentiras, no persigues a la familia del presidente, cartel inmobiliario, tu familia se benefició de tu encargo, tú robaste más…
1.- El pasado demuestra con creces que ni las llamadas encuestas de preferencias son reales, ni mucho menos que los debates hayan sido factor de tendencia o de cambios en la intención de votos.
2.- Gana –para mal- el hartazgo público y sólo acude la gente a su presencia por el morbo de conocer qué más se darán en el descobijo de acusaciones sin pruebas.
3.- Pierde México. Donde los índices mundiales de corrupción demuestran que la principal desconfianza de los mexicanos es hacia los políticos y sus partidos. Ni siquiera hacia los organismos de seguridad u otro parecido. Ellas –y él- lo han constatado en los dos des-encuentros.
Lamentable que no sólo no veremos resultados benéficos de esta proposición de ideas para un mejor país y una interpelación en ese desafío de propuestas que permita vislumbrar que México sí tendría futuro.
Queda claro… que no sería con ninguno de los que hoy se manifiestan.
“No te entiendo” le decimos 130 millones de voces a las tres únicas opciones que tenemos para decidir el futuro de nación.
COLOFÓN: Les dejamos de tarea…
Si como dicen, hay pruebas de la corrupción de uno y otro bando, el INE debería garantizar la formalidad de su formato y contenidos. Convocando a la fiscalía especializada en Delitos Electorales para que haga presencia en el último debate.
De manera que cuando alguno de los candidatos exhiba la prueba contundente de delitos de su contrincante, sea ésta formalizada en ése mismo acto.
O se castiguen en el mismo sentido las ofensas de oficio sin sustento.
Nos permitirá crear mejores escenarios a los votantes y ver la credibilidad de las partes involucradas. No más payasadas…
No entiendo. Yucatán. Canguro. Debate presidencial.
@deandaalejandro
HECTOR ALEJANDRO DE ANDA CORTEZ
Colabora en medios impresos y en portales informativos electrónicos. La Columna Claroscuro se publica desde 2007
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Especialmente tocamos temas económicos y de política en general.
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