El Instituto Nacional Electoral (INE) enfrenta problemas graves al no tener, todavía, resuelto el registro de quiénes integrarán sus mesas en las miles de casillas para coordinar la afluencia de votos el próximo 2 de junio.

Por concurso, estableció en tiempo y forma qué ciudadanos podrían ser sujetos a integrar esas mesas, pero hubo, hay rechazo para participar pese a la paga, así que extendió una nueva convocatoria tendiente a que se inscriban aspirantes a escrutadores, supervisores y/o asistentes.

Y esto refiere la indolencia ciudadana, que contrasta con su reclamo cotidiano de respetar la voluntad popular en la elección de autoridades, a través de su voto.

Ciertamente, hay diferencias entre el Instituto Nacional Electoral (INE) y el gobierno federal que impactan en el conglomerado; igual desconfianza hacia las autoridades sancionadoras estatales --de todos y cada uno de los procesos electivos--. Pero, sin participar directamente el grueso poblacional estará de nuevo inconforme con los resultados.

Así que en esta ocasión debe hacerse a un lado el cuestionable actuar de Guadalupe Taddei Zavala al frente del INE, además de confiar en el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) –en lo que a esta entidad se refiere--, para procurar procesos limpios, donde no surjan más impugnaciones hacia el árbitro, so pena de ensuciar todavía más las contiendas, que lucen desaseada por los partidos políticos.

A la fecha, el INE ni siquiera cuenta con el personal suficiente para cubrir sus mesas escrutadoras y, por supuesto, tampoco los partidos que en apego a la ley deben inscribir representantes en todas y cada una de las casillas.

Y es que, a 38 días del día de la jornada comicial, aún se batalla para la conformación de planillas para ser:

Escrutadores de todos los partidos políticos;

Representantes partidistas en las casillas;

Parte del personal de apoyo de los partidos;

Observadores electorales;

Supervisores y personal de apoyo.

Y esto deben considerarlo los partidos contendientes.

Lo digo porque todos, de una u otra forma, están involucrados.

Gastos de campaña

En el proceso comicial doméstico, el tope de gastos de campaña dispuesto por el IETAM, para candidatos a diputados locales y alcaldes, en promedio es de (+/-) cinco millones de pesos.

Nada es, si lo comparamos con el pago de sus brigadas (¿dos mil pesos por semana?), considerando 50 panegiristas; combustible, apoyos, ‘botana’, promocionales, contratación de grupos musicales, batucada, las despensas, tinacos y el material de construcción que reparten.

En los siete municipios con mayor desarrollo, quienes más generan movimiento son los candidatos del de la alianza ‘Juntos hacemos historia en Tamaulipas’ y ‘Fuerza y corazón por Tamaulipas’.

Pero en Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Ciudad Madero y Altamira, pero su proselitismo lleva al hartazgo.

Más porque el discurso baladí de sus candidatos a las alcaldías está de entrada desacreditado.

Por desgracia, acá en Tamaulipas sólo hay 30 fiscalizadores del INE para supervisar los gastos de campaña de todos y cada uno de los candidatos. Y por parte del IETAM, ninguno.

Así que, muchos puercos seguirán revolcándose en el cochinero.

Proselitismo

Apenas hoy los candidatos a presidentes municipales cumplen 10 días en campaña, de los 45 dispuestos por la Ley Electoral de Tamaulipas.

Y todos aseguran tener asegurado el triunfo

Unos se sienten sobrados y otros le apuestan al descontento ciudadano para votar en favor suyo.

Pero lo cierto es que no hay todavía, nada para nadie, aun y cuando se divulguen encuestas pagadas por los actores más calenturientos.

Tanto en los siete municipios con mayor explosión demográfica y los considerados emergentes por su desarrollo económico, como también en los restantes, porque su población ya no admite imposiciones. Y participa abiertamente por un cambio.

Correo: jusam_gg@hotmail.com

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.