Ciudad de México. - Aunque la primavera representa fertilidad en el campo y mayor productividad en las tierras de cultivo, esta época también trae consigo un incremento en las plagas y riesgos ambientales.

En esta época cuida tus cultivos de plagas de artrópodos  y pulgones, pues estos inician un proceso de reproducción masiva.

En primavera proliferan hongos que afectan a los cultivos, especialmente el oídio, la verticilosis o la roya, que se ven estimulados por el aumento de humedad en el ambiente.

Además, ten presente que debido a las altas temperaturas es probable el incremento de incendios forestales, por lo que no se recomiendan las quemas agropecuarias.

A nivel nacional, las quemas agropecuarias no controladas son causantes del 40% de incendios forestales.

Datos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).

En primavera se vuelven más frecuentes las sequías, por lo que el uso moderado del recurso agua se vuelve prioridad. Utiliza sistemas de riego eficientes y sostenibles, como es el riego por goteo, la agroforestería y de microaspersión.

Recuerda que el manejo responsable del recurso agua suma esfuerzos para garantizar para todas y todos.

Las plagas y enfermedades son causadas por seres vivos: insectos, hongos y bacterias. Generalmente no pueden sobrevivir sin un lugar adecuado.

Insectos

Pueden ser vistos en las plantas o en el suelo.

Dañan las plantas al masticar las hojas; la raíz o el fruto al chupar la savia de las hojas, el tronco o el fruto.

No todos los insectos son plagas, algunos (por ejemplo las abejas) polinizan las flores ayudando a que el cultivo tenga frutos y semillas.

Hongos

Son muy pequeños y atacan cualquier parte de la planta.

Un signo de la presencia de hongos puede ser una substancia polvorosa debajo de las hojas, manchas de podrido, puntos negros en el tallo, hojas y fruto marchitos por podrido de raíz.

Los hongos se propagan a través de la lluvia cuando salpica las hojas con la tierra, o pueden ser llevados por el viento de una planta a otra.

Bacterias y los virus

Sólo pueden ser vistos al microscopio.

Producen podrido en raíces y tallos, exudados de savia, hojas torcidas o rayadas con franjas, manchas negras y otros síntomas.

Se propagan por el agua, el suelo y las plantas infectadas.