Ciudad de México.-La limpieza adecuada de oídos y evitar la exposición a ruidos fuertes y prolongados son clave para mantener la salud auditiva, coincidieron especialistas del Instituto Nacional de Rehabilitación “Dr. Luis Guillermo Ibarra Ibarra” (INRLGII).

Explicaron algunas causas de la pérdida o disminución de la audición, como el ambiente laboral con fuerte ruido sin equipo de protección auditiva y el uso de audífonos mal calibrados.

En entrevista, el especialista del servicio de Otoneurología del INRLGII, Daniel Ramos Maldonado, dijo que diversos protocolos realizados en el INRLGII demuestran que utilizar audífonos durante más de tres horas en alta intensidad puede provocar pérdida o disminución de la audición.

Para entender qué es alta intensidad, informaron que cuando una persona le habla de forma normal a quien está utilizando audífonos y éste no escucha, entonces se trata de ruido intenso.  Otra fuente principal de daño por ruido es la contaminación auditiva en las grandes ciudades.

El ruido laboral está directamente relacionado con el uso de máquinas, que pueden provocar daño auditivo, por lo que las empresas deben proveer insumos para el cuidado de la salud mediante sistemas de protección y de aislamiento del ruido para las y los trabajadores.

El ruido recreativo es difícil de controlar porque el daño es autoinfligido; asistir a conciertos, usar dispositivos de música comprimida en alta intensidad, escuchar todo tipo de música o espectáculo con alto volumen, pueden provocar daño y hay quienes están expuestos de forma frecuente.

Sobre el ruido de las ciudades, cada vez es más común por las fábricas, autos o camiones que carecen de sistemas de disminución de ruido. “A todos estos supuestos hay que ponerles atención para evitar la pérdida del sentido del oído, porque con la edad, de manera natural empieza a disminuir nuestra capacidad auditiva”.

El jefe de la División de Audiología y Otoneurología del INRLGII, Francisco Alfredo Luna Reyes, informó que, de manera natural, la persona empieza a perder la audición a partir de los 40 años, por lo que, en el segmento de personas adultas mayores, 70 por ciento presenta algún nivel de hipoacusia.

La hipoacusia es sinónimo de sordera, y se clasifica en superficial, moderada, severa y profunda; es decir, desde la falta de escucha de una conversación normal hasta la pérdida total de la audición, y sólo con auxiliares de alta potencia es posible percibir el sonido.

Mencionó también la importancia de la higiene adecuada en los oídos, esto requiere tener cuidado no sólo con el volumen del sonido sino también con la limpieza de los audífonos, porque las bacterias pueden producir otitis, una inflamación externa que puede ocasionar otros problemas en la capacidad auditiva.

La otitis es una inflamación de cualquier parte del oído, la más frecuente es en la parte media y está asociada con infecciones de vías aéreas superiores, que representan 50 por ciento de la consulta externa de primer nivel.

La falta de atención o el tratamiento inadecuado de la otitis puede derivar en incapacidad permanente debido a daños como la perforación timpánica, inflamaciones crónicas u otro llamado colesteatoma, que es un proceso inflamatorio que puede destruir partes del oído.

La otitis que es frecuente en niñas y niños; en etapa prescolar o escolar afecta nueve de cada 10 infantes. Esto se debe a la constitución anatómica del cráneo que dificulta la adecuada presión del oído medio; provoca acumulación de secreciones con el consecuente desarrollo de infecciones. Es la primera causa de disfunción auditiva mínima y de retraso en el lenguaje.

Añadió que los problemas de audición, lenguaje y aprendizaje debe proporcionarse en centros de comunicación humana.

Finalmente, recomendaron a la población acudir al menos una vez al año a realizarse una revisión audiológica para detectar a tiempo cualquier anomalía.