Exhorta OMS a prevenir contagios de Teniasis y Cisticercosis
Ciudad de México.- La teniasis es una infestación intestinal por alguna de estas tres especies de tenia: Taenia solium (tenia porcina), T. saginata (tenia bovina) y T. asiatica.
El ser humano se infecta por T. saginata o por T. asiatica al consumir, respectivamente, carne de vacuno o hígado de cerdo que no se han cocinado adecuadamente, pero la teniasis por estas dos especies tiene escasa repercusión en la salud. Por esta razón, la presente nota descriptiva trata solamente sobre la transmisión de T. solium y sobre sus consecuencias para la salud.
La infestación por T. solium, que se produce al ingerir carne infestada de cerdo cruda o poco cocinada, causa pocos síntomas. Los huevos de tenia que los portadores excretan con las heces pueden infestar a los cerdos. Además, se puede producir autocontagio al ingerir huevos por la vía fecal-oral, y también puede haber infestación tras tomar alimentos o agua contaminados, lo que provocará una infestación tisular por larvas del parásito (cisticercosis humana).
La cisticercosis humana puede tener efectos devastadores para la salud. Las larvas, que se denominan «cisticercos», se pueden desarrollar en los músculos, la piel, los ojos y el sistema nervioso central. Cuando lo hacen en el cerebro, la enfermedad se denomina neurocisticercosis, causa síntomas como cefaleas intensas, ceguera, convulsiones y ataques epilépticos y, en algunos casos, puede ser mortal.
La neurocisticercosis es la causa prevenible de epilepsia más frecuente en el mundo; se calcula que produce el 30% de los casos en los países donde esta parasitosis es endémica y, en algunas comunidades, puede llegar al 70%. En los lugares pobres y aislados donde la enfermedad es prevalente, la epilepsia es difícil de diagnosticar y tratar y causa mucha estigmatización, especialmente de las niñas y las mujeres, ya que se suele asociar a la brujería.
La cisticercosis afecta principalmente a la salud y al sustento de las comunidades rurales de los países en desarrollo de África, Asia y América Latina. Además, reduce el valor de mercado del ganado porcino y hace insalubre su carne. En 2015, el Grupo de Referencia sobre Epidemiología de la Carga de Morbilidad de Transmisión Alimentaria señaló que T. solium es una de las principales causas de defunción por enfermedades que se transmiten por los alimentos y da lugar a la pérdida de 2,8 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad. De acuerdo con los datos disponibles sobre la prevalencia de la epilepsia, se estima que entre 2,56 y 8,30 millones de personas padecen neurocisticercosis, sumando los casos sintomáticos y los asintomáticos. Aunque un 70% de los pacientes epilépticos pueden llevar una vida normal si se tratan correctamente, factores como la pobreza, el desconocimiento de la enfermedad, una infraestructura deficiente de salud o la falta de acceso a los medicamentos hacen que el 75% de las personas que padecen esta enfermedad reciban un tratamiento insuficiente o no reciban ninguno en absoluto.
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