Reynosa, Tamaulipas. - Los migrantes no son una invasión, como lo asegura el gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo el presidente de la Asociación Internacional de Derechos Humanos con sede en Reynosa, Fortino López Balcázar.

Afirmó que los migrantes no son una invasión como lo quiere hacer ver el gobernador de Texas, Greg Abbott, quien ha endurecido la vigilancia en su frontera con México, con el fin de parar el cruce ilegal de migrantes.

“El gobernador señala que cualquier ingreso ilegal ya no debería existir. Él señala o sustenta que hay una invasión de migrantes ilegales hacia Estados Unidos y, por tanto, hay un riesgo para la población. En términos generales podríamos señalar desde el punto de los derechos humanos que en cierta manera el gobernador no tiene razón en señalarlos como invasión, porque en realidad no es una invasión”.

Dijo además que estas políticas han ocasionado que los migrantes tengan que ingresar de manera ilegal, porque una vez que llegan a la frontera no se trata de cien, sino de miles.

“Y cuando llegan a la frontera usan las redes sociales. Ese es el problema que tenemos actualmente. Si las redes sociales dicen que pueden pasar por un punto de manera ilegal, ahí van todos, y están llegando cada vez más y más y más”.

Desde su punto de vista, si el gobierno de Estados Unidos decide cerrar la frontera, automáticamente dejarían de llegar más migrantes.

Los que están ya aquí, permanecerán en espera de un nuevo programa, en tanto que los que aún permanecen en sus países no se arriesgarán, sabiendo que se han cerrado las fronteras a la migración.

“Debemos nosotros, contrario de estar en contra de esas políticas migratorias, debemos estar hablando de cómo lograr que esta migración ingrese de manera legal y no ilegal. Debemos nosotros hacerle saber a Estados Unidos qué está pasando en nuestro país.

A nuestro país llegan miles y miles de personas, están llenos los albergues y existe solo una vía legal: Están entrando solamente con cita, una cita mediante una aplicación CBPOne, pero esa cita se encuentra saturada. Cada autorización por medio de cita está tardando hasta seis meses”.

El promotor de derechos humanos apuntó que Estados Unidos podría legislar para efecto de poder evitar los cruces ilegales, pero por otro lado tiene la responsabilidad, junto con México, de hacer respetar los derechos humanos de todas estas personas.