Va culminando el año y temáticas referentes a sucesos de órganos fiscalizadores han ocupado espacios noticiosos. La sucesión del auditor superior Jorge Espino Ascanio, quien parece aferrarse con todo a su encargo y las cuentas de las administraciones municipales y Organismos operadores de agua.

Y hablando de estos últimos, el diputado presidente de la Comisión Recurso Agua en el congreso del estado, Juan Ovidio García, comentó que las deudas ahogan a al menos 5 organismos de agua en el estado, por malos manejos, por utilizarlas como cajas chicas, entre otras cosas, por lo cual enfrentan grandes problemas operativos y sin duda financieros.

Acorde a información proveniente de diversos actores políticos, del congreso estatal y otras fuentes, es correcto afirmar que existen tanto alcaldías, Organismos operadores y otros entes públicos a los cuales se les debería poner especial atención por sus manejos financiero-operativos. En otras palabras, tienen diversas cuentas por aclarar.

Aquellos que se hayan manejado con eficiencia, transparencia y bajo parámetros legales, seguramente estarán tranquilos ya que habrán entregado cuentas claras. Y por el contrario, los que hayan incurrido en prácticas indebidas o ilegales tendrán que solventar los hallazgos encontrados por parte de los órganos fiscalizadores conducentes.

Algo que ha caracterizado al actual gobierno estatal ha sido la iniciativa y políticas para garantizar procesos transparentes y aunque existen todavía áreas de oportunidad y una disputa en el congreso por parte de la bancada panista por no querer permitir procesos sucesorios necesarios, el camino es correcto.

Por el lado de la perspectiva ciudadana, ellos saben perfectamente el cómo ven su entorno al igual que la percepción que se tiene tanto de las administraciones municipales y organismos públicos descentralizados. Ya a estas alturas es peor querer adoptar posturas que busquen engañar a la gente, en lugar de actuar honorablemente conforme a las circunstancias.

En esto no deben de existir colores, apasionamientos y menos colusiones, sino un sentido de transparencia y congruencia para hacer que se respete la ley. Los países que han logrado un desarrollo superlativo son aquellos que tienen niveles bajos de corrupción y que entendieron que para estar bien no hay que dejar que las malas prácticas permeen.

Consultar estudios por parte de la OCDE, Foro Económico Mundial, de académicos y universidades, etc., nos muestran información muy clara de lo que aquí expongo. No es para nada politizar el tema sino al contrario, buscar siempre una mejoría en los diferentes ámbitos. ¿Si los titulares de “x o y” administración u Organismo y que incurren en malas prácticas tuvieran un negocio del cual su familia dependiera, lo manejarían igual?

¿Dejarían que les robaran, comprarían artículos necesarios a precios por demás inflados, extorsiones, maltrato a sus trabajadores y otras tantas cosas como para poner en enorme riesgo su subsistencia o de plano quebrar los negocios? Les aseguro que sería casi nulo el porcentaje de los así actuaran, lo hacen porqué administran dinero ajeno y principalmente porque se salen con la suya.

Referente a este tema dijo contundentemente en una ocasión un analista experimentado:

“Si la justicia en verdad fuera justa, en muchos casos las mayores inversiones públicas tendrían que hacerse en construir más reclusorios para albergar a tanto delincuente.”

Hablando de analistas experimentados, en comunicación con algunos de ellos, comentan que ahorita hay personajes que están o tendrían que estar preocupados por lo que se les ha encontrado. Y esto no solo por las malas cuentas que han entregado por parte de las administraciones que encabezan sino por sus mismos manejos financieros. 

Que si pensaban que la Unidad de Inteligencia Financiera ya no estaba haciendo su trabajo o que no serían ellos (as) investigados, que están en un tremendo error. Comentan serían unos tantos los que tendrían que poner sus barbas a remojar o pensar muy bien los pasos que tienen que dar de aquí en adelante.

Que, así como en años y administraciones pasadas se truncaron aspiraciones políticas por carpetas “gordas”, que en esta no es la excepción. Que los encargados de tales tareas siguieron la premisa que no falla y que tanto los gringos comentan en dichos temas; “Follow the money”.

Santas complicaciones

Unos pidieron a Santa Claus la obtención de candidaturas, pero dicen les iría bien si acaso les deja llevarse las galletas y leche que por cierto eran para él pero que también se clavaron. Los que con el agua hasta el cuello se encuentran, les iría mejor ponerse a rezar para que sean las campanas de trineos las que suenen afuera de su casa y no el sonido de sirenas policiales.

Jo, jo, joder...

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)