Reynosa, Tamaulipas. - Ni el color de piel, la discapacidad o el idioma importan para que los seres humanos disfruten de momentos agradables, tal como se pudo ver en la pista de patinaje instalada en la Plaza Principal de Reynosa.

Hasta la pista llegó José Luis, un menor de nueve años, quien a pesar de su discapacidad visual quería vivir la experiencia que muchos otros niños estaban disfrutando al deslizarse en la pista de patinaje.

José Luis, que solo puede ver con uno de sus ojitos, llegó hasta las empleadas municipales que atienden en el lugar y casi rogando pedía entrar a la pista de acrílico.

Sin embargo, por ser menor de edad debían contar con la autorización de algún familiar, según contó la empleada Eva Castro.

Relató que José Luis, al conocer este requisito se puso un poco triste, ya que su mamá no podía acercarse a firmar porque que camina ayudada por un andador, con dificultades.

"Lo vi tan triste y le dije dónde está tu mami, me la señala y le digo a ver, vamos, si ella te da permiso y firma ya la hicimos; ella apenada le dice ¡ay mijo! Él con carita de sii mami mami di que sii, le digo es gratis, solo que tendría usted que autorizar; ella dice sí está bien y firma".

Entonces la carita de José Luis, se iluminó de alegría y saltando de gusto daba las gracias y prometía portarse bien y poner todo su empeño en la pista de patinaje.

Ahora habría que buscar una persona para que lo acompañara y enseñara a patinar.

Entonces, continúa platicando Eva Castro, que el niño ya había visto a un migrante haitiano patinando y pidió que fuera su guía.

"No dude en decirle al joven, y le dije que tenía un admirador y le pedí que si lo acompañaba dentro de la pista".

El migrante que espera cumplir su sueño americano, no dudó ni un segundo. Tomó de la mano a José Luis para guiarlo. Entonces se unieron dos corazones, que sin conocerse ni hablar el mismo idioma se deslizaron en la pista de patinaje al compás de risas, alegría y la felicidad de un sueño cumplido.

Al terminar su tiempo dentro de la pista de patinaje José Luis salió tan agradecido que a todos daba las gracias.

"Al terminar saludó a todo el personal dando las gracias por permitirle patinar, en todo el tiempo que he estado en la pista de hielo es el único pequeñín que ha dado las gracias, contó la empleada municipal".

JOSE LUIS REQUIERE CIRUGIA DE OJOS.

Sin embargo, la realidad de José Luis es difícil, ya que requiere de una cirugía de ojos para poder mejorar su visibilidad, pero solo cuenta con el apoyo de su mamá, que con dificultades camina, debido a un choque que le afectó la cadera y que trabaja en lo que puede, para con dificultades proporcionarle su alimentación.

"Con lágrimas en los ojos me dice que ni siquiera sabe qué le va a dar de cenar este 24 y de regalos ni hablar, porque no tiene recursos para comprarle la bicicleta que José Luis tanto anhela".

"Ella sin poder contener las lágrimas me dice una bici, pero yo de dónde si hoy ni siquiera tengo para almorzar… si él trae ropa y zapatos es porque alguien bueno se los acaba de regalar".

Y como sucede en estas fechas de paz y amor, aparecen ángeles terrenales que cumplen los deseos.

Y de pronto el director del mariachi Tierra Brava, Adán Pardo, dijo yo se la regalo. Y será en los próximos días cuando José Luis reciba su ansiada bicicleta, además que ya se prepara también consulta médica para la revisión de sus ojitos y apoyo para que su mamá pueda trabajar cómodamente, y brindarle a su amado hijo mejores condiciones de vida.

Así que está historia que empezó cumpliendo un sueño, se convertirá en una cadena de favores que continuará.