Quizá una frase más usada en nuestro vecino país del norte (skeletons in the closet) pero la misma que aquí se entiende perfectamente. Para aquellos que aún no comprendan que quiere decir, es una frase acuñada para para decir que una persona tiene secretos embarazosos escondidos en su historia de vida.

De inicio nadie es perfecto y creo que todos tendremos nuestros secretos y/o asuntos que guardamos o que no quisiéramos que los demás supieran. Por un lado podremos argumentar que para que esto no suceda habría que portarse bien o no inmiscuirnos en asuntos que sabemos de inicio no están del todo bien.

Todo esto puede sonar muy lógico, ¿pero qué pasa cuando las personas incursionan en los ámbitos públicos o específicamente en el ambiente político? Pues como el tiempo e innumerables ejemplos nos han enseñado, estos estarán sujetos no solo a un escrutinio constante, sino a personas que se dedicarán a tratar de sacarles los trapitos al sol o abrir el armario.

Aparte del hecho que se les inventarán cosas, se les endilgarán sucesos de los cuales ellos ni participaron y se pagarán a personas para que armen campañas de descrédito para tratar de manchar su imagen. Lo de inventar es tan concurrido como un buen chisme, se sabe que a la gente le gusta la suculenta información para devorársela cual carnívoro hambriento.

En nuestro país pasa algo muy curioso, una persona puede estar sujeta a un fuerte escarnio o se les puede evidenciar habiendo cometido evidentes actos ilegales, pero sin ninguna repercusión. Quizá por nuestro sistema social, por la corrupción, impunidad, displicencia o por lo que quieran, pero esto tristemente lo vemos muy seguido.

Aunque habrá que decir que poco a poco despierta más la gente y con la llegada de las redes sociales y el acceso a diversos medios de comunicación masiva, las noticias viajan más rápido. Pongamos por ejemplo lo sucedido recientemente en la capital de Tamaulipas, buenas exhibidas se han venido dando a diversos personajes y por diversas cuestiones.

Alguno decía no haber tenido participación con gobiernos anteriores y ni tarde ni perezosos surgieron notas periodísticas que con documentos oficiales de transparencia lo encueraron. Hasta de manera burlesca afirmaba no tener nada que ver y sopas papá, la exhibidota que le dieron.

Ya en menos de dos semanas lo traían envuelto en asuntos que develaron una clara tendencia de abiertamente mentir o al menos querer esconder asuntos verídicos que terminaron en sendas exhibidas. Siendo la última una colusión más con un asunto que apunta para las clásicas factureras o empresas hechas con la clara intención de hacer negocios turbios.       

A otros pareciera que el armario no era lo suficientemente grande para esconder tantos esqueletos que le han salido, que aunque quiera aparentar pureza o fingir demencia, es tan evidente lo que hacen y han hecho que es como una fuerte fuga de aguas negras que brota por las alcantarillas; y lo increíble es que todavía caminan entre ellas fingiendo que no existe el malestar ni el fuerte hedor que de emana de tanta “cagada”.

Y agárrense por qué a este paso seguramente veremos muchas más exhibidas, intentan construir armarios más grandes pero el tiempo se les acaba y la época de las decisiones se les viene encima. Quisiera decir mis siempre estimados lectores que veremos cosas de más altura pero seguramente no será así. Es clara la tendencia y son muchos los involucrados que participan para que el show mediático y las exhibidas se sigan dando.

Ahora, ni para que se enojen o inventen que son campañas negras, difamaciones, etc., si lo que tan claro está no se juzga y si esto no había salido antes es porque no se habían puesto en el ojo del huracán. Ahora que quieren ser líderes de las causas más nobles ciudadanas, ¿A poco pensaban que sería todo pan comido como a algunos se los hicieron creer y otros quisieran hacer creer?

Ingenuos los que así piensen y sinvergüenzas los que sigan actuando de esa manera. Al final para lo que terminarán contribuyendo es para el descrédito que por años se ha ganado el ámbito político en México y aunque valiosos intentos existen para revertir esa mala fama, siguen surgiendo muchos casos que demuestran que todavía falta mucho, pero mucho por hacer.

Así es que no se me sorprendan, si tantos esqueletos siguen viendo no es porque se prolongó el día de los muertos o porque muchos siguen de “Halloween”, simplemente se siguen saliendo de los armarios que ya no pueden con tanto hueso guardado.           

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)