Ganaderos de Tamaulipas rematan su hato por desnutrición
Ciudad Victoria, Tamaulipas. - Debido a que han sido meses complicados por la ausencia de lluvias, productores se han visto en la necesidad de vender parte de su hato ganadero ante la incapacidad económica por brindarles una adecuada alimentación.
El secretario de Desarrollo Rural, Pesca y Acuacultura, Dámaso Anaya Alvarado, reconoció que los últimos meses “han sido complicados, debido a la ausencia de lluvias que permitan recuperar praderas, lo que ha obligado a los productores a realizar gastos extras para la compra de melaza, pacas o alimento que obviamente, no lo recuperarán”.
Puntualizó que, por el simple hecho de la sequía, el ganado puede perder el uno por ciento en base a su peso vivo porque no tiene la nutrición adecuada, y eso va en detrimento, al momento de que quiera ser puesto a la venta.
Como ejemplo citó la zona de Tepehuajes, en la costa tamaulipeca, donde algunos productores han tenido que desalojar sus ranchos, poniendo a la venta su ganado, ya que de otra forma tienen que comprar melaza, pacas o alimentos, e incluso trasladarlo a otros lugares, donde las condiciones sean mejores.
Dijo que, en la medida de lo posible, el gobierno del Estado trata de apoyar a los productores en cuestión sanitaria, pero también con la documentación que requieren para llevar su hato de ganado hacia otros ranchos, donde hay zacate verde y las condiciones para su desarrollo son otras.
“Si un becerro pesa 400 kilos en base a su peso vivo, por no estar bien nutrido a causa de la sequía pierde el uno por ciento, es decir cuatro kilos, pero si se sigue sentando el mismo clima, la pérdida va de 50 a 70 kilos y en el peor de los casos, puede morir”, reveló.
Dijo que la recomendación de sacar de los agostaderos los animales improductivos, es ahora más fuerte que antes, porque esos animales que son burros, mulas o caballos que no se usan en absolutamente nada, son los que más pastura comen, y son tan dañinos que, al no tener pasto, escarban y se comen las raíces del pasto, logrando que se queden cientos de hectáreas sin ninguna posibilidad de recuperarse cuando llueva.
“Por ese motivo es mejor sacarlos y venderos ahorita que aún existe precio, incluso cambiarlos por una borrega, la cual, si no hay más, la pueden usar de consumo familiar, y una mula o caballo no se la pueden comer”, concluyó Anaya Alvarado.
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