Las elecciones de 2024 representan un momento crucial en la historia de la democracia en México. Estas serán las más grandes registradas en el país, con un padrón electoral de aproximadamente 98 millones de votantes, e implicarán la elección del cargo presidencial, 128 senadores, 500 diputados federales, ocho gubernaturas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, la renovación de 31 congresos locales que corresponden a 1,098 diputaciones locales, 18,645 cargos municipales y 497 cargos locales adicionales en Campeche y Tlaxcala.

Además de su magnitud, las elecciones que vienen tienen una importancia fundamental si se considera la polarización política que prevalece en el país, así como las implicaciones que conlleva un cambio de gobierno en un país con un presidencialismo tan fuerte. Esto se suma a la discusión creciente sobre la existencia de erosión democrática en México debido al debilitamiento de las instituciones en la administración pública federal; algunas mediciones que inclusive ubican a México como un "régimen híbrido" que oscila entre elementos democráticos y autocráticos.

Este escenario lo configuran tres niveles administrativos con su idiosincrasia: competencias descentralizadas, agenda propia y demandas ciudadanas distintas.

Además, el momento político es de enorme complejidad: las identidades políticas son cada vez más heterogéneas, el sistema de partidos está fragmentado y las decisiones de voto de la ciudadanía son más líquidas.

La complejidad del contexto requiere de un análisis en profundidad de los datos de opinión pública que microsegmente al electorado identificando los espacios de oportunidad de cada candidatura electoral. La precisión a la hora de diseñar y lanzar los mensajes marca la diferencia.

Existen otros factores influyentes, como la desconexión entre la ciudadanía y la política, claves a la hora de identificar el clima de opinión pública de cada municipio y comprender cuales son los problemas que preocupan a la ciudadanía. Se trata de dar con aquellos asuntos que puedan contribuir a conectar nuestra campaña con el interés de la población, haciendo uso de datos que nos ayuden a segmentar los mensajes durante la campaña. Esto es, el análisis de datos nos permite no solo contar con información reciente sobre la agenda pública, sino también conocer cómo se articula.

De esta forma, explotar los microdatos de las encuestas nos facilita, por un lado, acceder a niveles de la realidad social más profundos y, por otro lado, identificar corrientes de fondo que mueven la opinión pública, todo ello sin perder rigor estadístico. Se trata de trascender de interpretaciones meramente descriptivas que obvian los procesos de cambio y de profundizar en variables explicativas, identificando elementos que nos ayuden a comprender mejor el comportamiento electoral y el estado de opinión pública de cada circunscripción.

Un ejemplo del valor añadido que puede aportar el análisis de datos de opinión pública es el Estudio en Profundidad Electoral de Microdatos que hemos realizado en Tamaulipas, conjuntamente Visión Global Estrategias y M&A Consultores. El estudio se centra en la exploración de los microdatos de las encuestas realizadas en los 10 municipios de alta densidad electoral en Tamaulipas para las elecciones municipales, locales y federales del próximo 2 de junio de 2024.

Analizar los datos en profundidad consiste en ir más allá de la estimación de voto y de la descripción de los principales problemas de la ciudadanía. En este caso, hemos profundizado en el comportamiento del electorado en función del grupo poblacional a la que pertenecen según su sexo, edad, nivel de estudios, simpatías políticas o preferencias personales.

Trazamos perfiles de votantes y de partidos políticos, identificamos cómo se mueven las preferencias de voto entre ciclos electorales – conocido como transferencias de voto—, analizamos con especial énfasis el comportamiento de los votantes indecisos, profundizamos en las valoraciones de los liderazgos políticos y segmentamos los problemas de la ciudadanía.

Este trabajo permite responder a numerosas preguntas que cualquier war room o equipo consultor necesita conocer para trazar una buena estrategia de campaña electoral: ¿Es la seguridad un problema en el municipio? ¿Lo es igual para las mujeres que para los hombres? ¿Preocupa el desempleo tanto a jóvenes como a mayores? ¿Hay asuntos transversales que penetran en todas las capas de la población? ¿En qué posición ideológica se colocan los indecisos? ¿Están cerca de mis votantes?

Sobre todo, en un escenario electoral efervescente con diferentes elecciones y campañas que compiten por colocar sus mensajes al mismo tiempo. En definitiva, se trata de contar con la mejor información disponible para diseñar las mejores estrategias y tomar las mejores decisiones.

Alberto Rivera

Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.

Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.

Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.

Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.