INPer atiende mujeres con cáncer de mama diagnosticadas en embarazo o puerperio
En los últimos 20 años, el Instituto Nacional de Perinatología “Dr. Isidro Espinosa de los Reyes” (INPer) de la Secretaría de Salud ha atendido mujeres diagnosticadas con cáncer de mama durante el embarazo o el puerperio, con resultados positivos en la totalidad de los casos, tanto para las madres como para sus hijas e hijos, informó la coordinadora de la Clínica de Patología Mamaria del INPer, Ana Cristina Arteaga Gómez.
Con motivo del ciclo de conferencias “Tratamiento del cáncer de mama, hacia una medicina personalizada”, señaló que el INPer es centro de referencia para pacientes con esta condición, por lo que brinda tratamiento a embarazadas que son pacientes del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), el Hospital Juárez de México (HJM) y de otras unidades médicas.
La especialista Ana Cristina Arteaga dijo que el INPer cuenta con personal y equipo médico idóneo para atender a la paciente en el proceso de gestación y enfermedad oncológica, a través de la coordinación entre las áreas de oncología médica, obstetricia, neonatología y perinatología.
Especialistas del servicio de medicina materno fetal llevan a cabo la vigilancia médica del feto cuando la paciente tiene que recibir quimioterapia durante los dos últimos trimestres del embarazo.
Después del nacimiento continúa el seguimiento pediátrico durante los primeros cinco a siete años para intervenir cualquier posible alteración en su desarrollo neurológico, muscular, visual, auditivo o de cualquier otra índole.
Explicó que cuando el cáncer de mama es diagnosticado en el embarazo, generalmente la mujer decide no interrumpir la gestación, aun cuando los cambios hormonales en esta etapa pueden favorecer la progresión del tumor; de ahí la importancia de la atención en el INPer.
La especialista del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), Patricia Cortés Esteban, aclaró que el cáncer de mama metastásico no es sinónimo de muerte.
Explicó que con los tratamientos disponibles en México se ha logrado que la enfermedad metastásica sea crónica, “hemos cambiado la historia, se tienen supervivientes de 20 o 30 años de edad con cáncer de mama metastásico, siendo la esperanza de vida de buena parte de los pacientes con esta condición de entre siete y 10 años.”
Subrayó la necesidad de seguir trabajando en la curación e insistir en la prevención y detección temprana a través de la mastografía y el ultrasonido por lo menos una vez al año a partir de los 40 años, o de los 35 cuando hay antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario.
Dijo que, si bien la autoexploración sirve, es necesaria la realización periódica de estudios especializados porque “en la autoexploración se busca siempre una bolita, pero hay cáncer de mama que no se manifiesta a través de una bolita, sino que afecta la piel y es una modalidad que se llama cáncer inflamatorio de la mama.”
“Para que un tumor alcance un centímetro de dimensión y sea detectable mediante la autoexploración, a veces es necesario que pasen hasta tres años; esto implica que la autoexploración es un mecanismo positivo, pero insuficiente.”
La especialista abundó que la mastografía y el ultrasonido permiten detectar y analizar los depósitos muy pequeños de calcio en la mama que no se pueden sentir. Un grupo de estas microcalcificaciones puede indicar la presencia de cáncer, por lo cual, estos estudios son una valiosa herramienta para la detección temprana.
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