Laredo, Texas. - La indigencia es un problema internacional que no es ajena a los países denominados del primer mundo, como lo es Estados Unidos.

A solo unos metros de la línea imaginaria que divida el río Bravo se puede observar este fenómeno con decenas de personas rondando con carritos de mandado, ropa vieja y muchos pidiendo dinero para sobrevivir.

San Bernardo, Plaza Bruni, el antiguo Palacio Municipal y algunas gasolineras son el punto de encuentro de personas que viven al día, muchas de ellas padeciendo de sus facultades mentales, mientras que otros, víctimas del tan afamado fentanilo, que ya suma más de 45 casos en esta ciudad, según reportes de la Policía de Laredo.

“Cada vez son más indigentes, le dan mala imagen al centro, de por sí son pocos negocios los que hay, y con esto la gente se anima menos”, indicó Edgar, comerciante del Centro de Laredo.

Cada vez son más las cortinas que cierran en este sector, primero que nada, porque desde la Pandemia, la falta de clientes se recrudeció debido a que pocos querían cruzar, después ya que se reanudaron los cruces a muchos se les venció la visa y ya no renovaron, además que los tiempos de espera de las citas se prolongaron.

Lo cierto es que lo único que se mira con más frecuencia es a indigentes en las plazas cercanas al Puente y algunas vialidades de alto flujo, donde esperan ganar alguna moneda en los altos.

Algunas de las medidas que han adoptado algunos establecimientos como Strypes, Oxxo y Valero cercanos al centro, así como el McDonalds de San Bernardo, es eliminar las fuentes de sodas, para evitar que los indigentes entren a las tiendas a tomar con un vaso bebidas refrescantes.

La indigencia en Laredo, Texas está repercutiendo incluso en Nuevo Laredo, donde se puede ver a personas extranjeras de etnias poco comunes en la región, como afrodescendientes, rondando en el centro del lado mexicano.