En la colaboración pasada comenté que según fuentes informativas me habían comentado que se estaba contemplando la posibilidad de otra manifestación. Al menos desde hace algunas semanas personal perteneciente al rubro de seguridad pública estatal ya hablaban de inconformidades por ciertas condiciones laborales.

El día de hoy vía redes sociales comenzaron a circular diversos textos en donde supuestamente se demuestra una organización para constituir un bloque para levantar la voz vía una manifestación. En lo particular desde hace un tiempo y dicho por elementos que laboran en tal corporación, ya me habían platicado sobre tal tema.

No es algo que se esté inventando, es algo que realmente están contemplando. El porqué de la decisión de hacerlo en este momento depende de con quien hable uno, algunos comentan que es algo que ya desde hace tiempo estaban contemplando y otros dicen que la manifestación de los maestros fue un detonante para ellos también hacer lo propio.

Estoy de acuerdo con que siempre se respeten los derechos de los trabajadores e igual que con otros casos puedo empatizar con ciertas posturas. Pero también soy un firme creyente en la posibilidad de que siempre pueda haber oportunidad para el diálogo y la concertación. En esto me mantengo congruente e independientemente de mí tendencia ideológica creo firmemente que son tiempos para buscar acuerdos más que desacuerdos.

Me identifico con preceptos idealistas y quizá por ello suelo ser empático a las causas injustas, manifestarse es un derecho ciudadano, pero también hay que decir que es algo que sin duda se llega a utilizar con propósitos políticos. El cabildeo es algo imprescindible para este tipo de asuntos, la cuestión es que no siempre lo hacen o no siempre tienen a la gente adecuada para llegar a hacerlo.

Recientemente me comentaron que quizá mi juicio pueda estar permeado por una afinidad que mantengo con la presente administración y esto lo comento para ser transparente y ecuánime en lo que expongo. Y pudiera ser que en parte sí pero sí pudieron leer mis columnas y no solo de tiempo reciente sino de años atrás, verán que mi congruencia se ha mantenido en cuanto a mi crítica constructiva se refiere.

En otras palabras, sostengo y apoyo a que las muestras de expresión y reclamos derivados de injusticias puedan solventarse, trátese de quien se trate. Pero también sé que esto es fruto de un cúmulo de cosas que se vienen dando desde hace años atrás, o sea, no todo es culpa de la actual administración, eso son hechos.     

Aplaudo y apoyo el esfuerzo que la actual administración realiza para generar resultados cualitativos que terminan beneficiando a los tamaulipecos, pero también me queda claro que hay muchas áreas de oportunidad en las que tienen que poner atención. Ya se cumplirá el primer año y existen muchas lecciones que aprender y otros tantos retos para solventar.

Lo peor que cualquiera pueda hacer es caer en una conformidad o soberbia como para no reconocer que hay mucho por hacer y por otro lado, hay que saber reconocer aquello que bien se ha hecho. En estos tiempos ya la ciudadanía no es tan complaciente o permisiva como antes, las redes sociales, pero en especial el hartazgo son elementos que vinieron a dar un vuelco a esto.

Si con lo sucedido en tiempos recientes no queda claro lo anteriormente expuesto, pues caramba, ya sería increíble que alguien minimizara lo que está sucediendo actualmente. Lo malo es que se ve una radicalización de posturas y una tendencia a enturbiar más el ambiente en lugar de generar concordia.

Hace días varios amigos comentaban que cómo la gente no se inconformaba de igual manera en el tema del agua, que era algo que afectaba a miles y la verdad poco se ha hecho para desterrar prácticas deleznables de años y que se siguen presentando en muchos de los organismos operadores. Y es cierto, no es incentivar a más manifestaciones, pero sí algo contundente no se hace las cosas seguirán igual y por ende seguirá creciendo el malestar de miles.

Para llegar a genuinos acuerdos y tener credibilidad se debe de actuar con transparencia y con acciones concretas, más que con falsas promesas. Esto va para todas las partes involucradas, en tiempos complejos exacerbar el ambiente a nadie conviene y por ello insisto a que se hayan aprendido valiosas lecciones que los recientes sucesos sociales han dejado. 

De nueva cuenta reitero que en el reciente caso de una probable nueva manifestación, impere la congruencia y puedan llegar a consensos antes que a incrementar las diferencias. Es un rubro muy importante también ya que de ello depende la estabilidad en asuntos de procuración de justicia y mayor paz ciudadana.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)