El asesinato de Villavicencio y el nexo mexicano
El país sudamericano de Ecuador ahora se estremece con el asesinato de un candidato presidencial. Ya en días pasados detuvieron a seis presuntamente involucrados como lo son los actores materiales del homicidio. Estos últimos de origen colombiano, lo cual nos habla de una confabulación que traspasa las fronteras de aquella nación.
Y entre las averiguaciones surgieron líneas de investigación que pudieran involucrar a organizaciones criminales de México, como lo son el cartel de Sinaloa y el Cartel de Jalisco Nueva Generación. Habrá que preguntarse ¿Qué tanto atentaba Fernando Villavicencio a los intereses de organizaciones criminales de su país y de otros, incluyendo Colombia y México?
Así como el mundo se globaliza en otros tantos aspectos, también las organizaciones criminales extienden su influencia y vinculación con otras regiones del mundo. El ahora occiso manejaba un discurso frontal de lucha contra la corrupción, el sometimiento de grupos mafiosos y la restauración del estado de derecho.
De nueva cuenta se presenta un homicidio hacia una persona que pregonaba ideales y que prometía dar una lucha frontal contra la corrupción e impunidad en su país. Tristemente nada raro, en muchas partes del mundo a través de la historia hemos visto casos de igual o similar naturaleza.
En una de sus últimas entrevistas dijo:
“Esta es la última oportunidad que tiene Ecuador, para construir democracia, libertad, recuperar un estado de derecho normal, parar la corrupción y someter a grupos mafiosos. Si en esta ocasión el estado ecuatoriano, la sociedad ecuatoriana no vota por una opción democrática, no tendremos república.
Yo estoy aquí porque hay un pueblo valiente que le pide a un líder que represente esa valentía para someter a esas expresiones de terror y violencia que no permiten la paz y prosperidad en el Ecuador”
Realmente admirable su forma de pensar y de actuar y terriblemente lamentable que sigamos viendo casos de personas que se atreven a alzar la voz y que son silenciados por atentar en contra de intereses cupulares que involucran a mafiosos, políticos, gobiernos corruptos y de más. En paz y en gloria descanse otro patriota e idealista.
Reflexión.
Si en cosas pequeñas seguimos permitiendo que la voz de la gente buena que se atreve a denunciar se diluya y peor aún, a enaltecer a personas que no se merecen solo por plata o conveniencia, como sociedad no nos quejemos del por qué realmente no cambian las cosas. En este caso Villavicencio como Emiliano Zapata prefirió morir de pie que vivir de rodillas.
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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