Ciudad de México. - Con diversos retos por enfrentar en este siglo XXI, asociados con problemáticas medioambientales y el crecimiento desmedido de la mancha urbana capitalina, los más de 130 pueblos originarios de la Ciudad de México mantienen, día con día, el arraigo a sus historias locales, sus tradiciones religiosas y sus fiestas cívicas más emblemáticas.

Para analizar y exponer estas situaciones, en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Museo Nacional de Antropología (MNA), inauguró esta mañana un coloquio dedicado a este sector poblacional de la capital del país.

Con el tema “Pueblos originarios de la Ciudad de México. Apuntes históricos y tradiciones festivas”, desde el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún del MNA, el subdirector de Etnografía del museo, Arturo Gómez Martínez, acompañado por los profesores-investigadores Lourdes Báez Cubero y Miguel Rubio Jiménez, adscritos a este mismo recinto, destacó la importancia de visibilizar en este encuentro académico los saberes y las prácticas milenarias heredadas por dichas comunidades de raíz indígena.

En la primera conferencia, la antropóloga de la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS) del INAH, Mette Wacher Rodarte, abordó el caso de la alcaldía Milpa Alta y las imbricaciones de su ciclo festivo.

En esta demarcación, dijo, la más grande de la capital en términos de territorio, existen 12 pueblos originarios, cada uno con identidades y manifestaciones propias, pero que comparten elementos patrimoniales.

Uno de estos últimos, apuntó, es una reciente construcción histórica que, −desde 1930, luego del retorno de la gente a dichos pueblos, castigados en época carrancista por su filiación al zapatismo−, ha difundido entre los habitantes su autodenominación como momoxcas y descendientes de los aztecas.

Derivado de ello, se ha dado a conocer la figura de un héroe local, conocido como Hueyitlahuilanqui, un guerrero azteca cuya existencia no ha sido verificada en las fuentes históricas, pero que tiene un gran arraigo en la tradición oral que lo reconoce como el fundador de Milpa Alta.

Desde los años 70 del siglo pasado, detalló Wacher, otras manifestaciones han surgido a partir de sucesos como la recuperación, lograda por los pobladores, de los terrenos boscosos que desde el porfiriato habían sido entregados a la compañía papelera de Loreto y Peña Pobre.

A raíz de esta victoria social, ha cobrado relevancia el culto al “Leñerito”, imagen venerada cada 5 de febrero, en la quinta Nepanapa, la cual, además, participa en todas las fiestas patronales de la alcaldía y en la peregrinación anual al Santuario del Señor de Chalma, en el Estado de México.

Por su parte, la antropóloga de la DEAS, Laura Corona de la Peña, abordó el caso de las ofrendas florales elaboradas por habitantes de los pueblos de La Candelaria y Los Reyes, en la alcaldía Coyoacán. Documentos del Archivo General de la Nación, dijo, refieren que los y las floristas de ambas localidades participaban desde tiempos virreinales en la creación de los arcos con los que se celebraba la fiesta de Corpus Christi, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Existe una amplia organización que contempla no solo la labor de recolectar el material o confeccionar los arcos, las andas o los tapetes florales, pues también hay grupos dedicados a la alimentación de los floristas y de sus ayudantes en los días previos a las fiestas del par de comunidades, o bien, a lo largo del año, pues los artesanos reciben encargos desde otras poblaciones de la ciudad u otras entidades.

Para finalizar, la investigadora resaltó la importancia de atender las problemáticas actuales de estos pueblos que, en el caso de Coyoacán, hacen frente al desmedido desarrollo inmobiliario, y llamó a aprender de ellos sobre su relación con el medio ambiente y los recursos naturales a su disposición.

El coloquio “Pueblos Originarios de la Ciudad de México. Apuntes históricos y tradiciones festivas” continuará este jueves 10 de agosto de 2023, en el MNA, a las 10:00 horas, con acceso libre al público, y a través de INAH TV.