Nuestro estado cuenta con una cantidad diversa de universidades en toda su geografía, pero aquella que sigue siendo de mucha tradición y sin duda referente tamaulipeca, es la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Por la importancia que esta tiene y por ser aquella de remembranzas históricas y otras no tanto hay que decirlo, pero si una institución emblemática siempre, es que no nunca pasa desapercibida.

Al contrario, la UAT despierta muchas pasiones, aunque su esencia es académica, el aspecto político siempre ronda por todo lo que ella representa. Si su historia es muy comentada, el presente no se queda atrás, tan así que muchos analistas, políticos, columnistas y otros tantos medios, emiten sus opiniones.

Algunos se concentran en sus logros, otros tantos en las vivencias, unos en chismes de azotea y aquellos que siempre ven controversias. Mientras esto sucede, un ciclo escolar más está por comenzar y con ello una renovación en su dinámica académica, muchos estudiantes se preparan para continuar con sus estudios, mientras otros jóvenes están a la expectativa de iniciar su carrera universitaria.

De esto es de lo que se debe de hablar más, pero los recientes cambios y los aspectos políticos siguen llamando fuerte la atención de aquellos de mente más inquieta. Ayer escuché que algunos comentaban sobre que si el actual rector pierde o cede fuerza, que los recientes nombramientos era prueba fehaciente de ello o que ya con el cambio de gobierno el panorama pinta diferente.

A mi gusto respeto lo que comentan, pero siento que hacerlo de esa manera es verlo de una forma simplista y/o muy parcial, Es cierto que los cambios llaman la atención, pero como en un buen juego de ajedrez, eso sucede y aquellos que saben del juego comprenderán que en ocasiones debes ceder piezas importantes para después ejecutar otras jugadas.

Si lo vemos como este juego en mención, quiere decir que las piezas ya se mueven, pero ojo, aquellos que subestimen a su oponente pueden llevarse una gran sorpresa. Jugadas de gran maestría ya se han mostrado y siempre será riesgoso menospreciar la juventud.

Puede ser cierto que el diablo sabe más por viejo que por diablo, pero también es cierto que el que se confía o peca de soberbia suele terminar llevándose sorpresas. La UAT se hará fuerte por sus acciones y hoy en día lo que tiene que prevalecer es la unidad, el entendimiento, pero sobre todo el fortalecimiento académico.

Si los que llegan suman bienvenidos sean, si no lo hacen tarde o temprano se notará, de inicio existe fuerte expectativa debido a la experiencia y bagaje de cada cual, eso es relevante comentarlo. La universidad pasa por tiempos dinámicos y de cambios positivos, sumar a esto será algo que agradecerá mucho el staff y los alumnos.

Muchos gustan de solo denostar a la UAT y eso en verdad no suma, que bueno que señalen lo que adolece, es parte dé, pero también habría que ser ecuánimes y esperar que señalen lo que bien se hace. Como un egresado e hijo de un investigador de muchos años también orgullosamente egresado de la UAT, aplaudo todo el esfuerzo y dinamismo que se le imprime.   

Yo mismo he sido crítico de muchas cosas que pasan, pero también sé reconocer cuando las cosas van avanzando. Áreas de oportunidad siempre existirán y en eso hay que estar muy atentos, los alumnos esperan una educación y sistema de calidad y los directivos deben de estar a la altura de tal reto.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)