El caso de las alcaldías tamaulipecas
El caso de las alcaldías tamaulipecas
A tres meses de cumplirse dos años de trabajo de las administraciones municipales y en medio de tiempos muy politizados, existen diferentes posturas sobre el desempeño de las mismas. En esta colaboración en lugar de hacer énfasis en criticar directamente a “x o y” personaje, me concentraré en las temáticas por los cuales se les califica.
De inicio habrá que decir que las administraciones municipales son aquellas que se les considera como los entes administrativos con el contacto más directo con la ciudadanía. Debido a esto es que radica la importancia de su desempeño y por ende las que cargan un peso específico por las acciones que llevan a cabo.
Habiendo diversas áreas de acción dentro de las administraciones municipales, su principal papel es la prestación de los servicios públicos, cuidado de vialidades, alumbrado público, dotación de agua, etc. Estos son los rubros en donde la ciudadanía termina de aprobar o desaprobar el desempeño de los alcaldes y sus colaboradores según cumplan o no con hacer bien su trabajo.
Aunque generalmente por obviedad de no incriminarse, los ediles siempre tratarán de pintar un panorama favorable y de avances aun cuando la realidad sea otra, y por otro lado hay que decir que muchas veces cuando buen trabajo hacen tampoco es que se les reconozca en demasía. No es una labor fácil y más cuando arrastran problemas de años pero no debe de haber nunca escusas.
Llegar y pasarse el tiempo solo quejándose de las malas condiciones en que recibieron la administración es algo que sale sobrando, en otras palabras, ¿para que entonces se aventaban desde un inicio como candidatos? No es algo en lo que no tengan o puedan tener razón pero en sus manos está el paulatinamente mejorar las condiciones existentes.
Precisamente eso es lo que termina distinguiendo a las administraciones eficientes de aquellas ineficientes. Si en “x” municipio persisten calles llenas de baches, falta de alumbrado, mala distribución y/o dotación de agua, pues ni modo que digan que se avanza mucho. Antes la ciudadanía era más complaciente pero ahora con la llegada de los diversos medios de comunicación y plataformas sociales, las imágenes y videos de evidencias están a la orden del día.
En un corto tiempo pueden llegar a miles de personas y esto por mucho que quieran esconderlo, ya es casi imposible. Al contrario, este fenómeno social ha hecho que cada día sean más evidenciados aquellos funcionarios que mienten o traten de tergiversar la información. Sabemos que en tiempos recientes precisamente esto es lo que ha roto con paradigmas y procesos que por años se vivieron en la época de dominio priista.
Tan así que se ha tenido una pluralidad en cuanto a las elecciones en años recientes se refiere, se ha rotado el poder entre diversas corrientes políticas. Lo que me parece increíble es que existan gobernantes que parece se quedaron atorados en aquellos tiempos de cultura hegemónica y sus excesos.
Debido también en que está en marcha un proceso político a nivel nacional, todo se politiza más y con ello el ambiente se vuelve más ríspido. Tanto entre partidos como entre los mismos correligionarios, ya son muy evidentes las competencias internas y externas. Tan así que en lo local aún no comienza ningún proceso oficial y parece que muchos ya andan “encampañados.”
Los que buscan reelegirse, los que buscan otro encargo, los que quieren, los que serán apoyados, los que no y otros tantos casos que ya se están evidenciando. En nuestro estado serán sin duda los resultados mostrados los que harán o desharán candidaturas. No soslayando que acorde a intereses políticos y grupales se seguirán tomando decisiones y algunos tratarán de acordar su futuro, dependiendo del cómo se presenten los acontecimientos.
Como bien decía un analista de temas políticos, en el caso de las alcaldías es precisamente en el segundo año en donde tienen que consolidarse, el primero puede que exista tolerancia por haber iniciado, el segundo es o debe ser el del despegue y el tercero para consolidarse o para hundirse según sea el caso, recordando que en este último se atraviesan procesos electorales que acaparan y/o desvían la atención.
Entonces, bajo este precepto es que sabemos que a poco tiempo de culminar el segundo año de las alcaldías actuales, el ciudadano ya en muchos casos tiene decidido si refrendar su apoyo o retirarlo. Aquellos alcaldes que cumplieron con sus encomiendas se verán favorecidos y los que no pudieron con el paquete tendrán claro que será complicada su reelección.
Todos los ciudadanos podremos tener alguna predilección partidista o política que influya en nuestra decisión pero cada quien en su municipio sabe cómo se encuentra su entorno y sabrá o al menos deberá tomar eso en cuenta para aprobar o desaprobar. O avanzamos o nos estancamos, la decisión será de todos ustedes.
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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