Los invitados a la fiesta
Muchos quieren ser de los invitados a la gran fiesta, quieren ser parte del festejo y agasajo que ahí habrá. Anhelan estar y saludar a los organizadores y que la gente los volteé a ver también, desde ahorita algunos presumen ya tener según ellos el pase seguro, pregonan estar bien “parados” con los importantes anfitriones.
Algunos hacen de todo para asegurar su lugar, los que bien entienden se encargan primero de sus obligaciones para que sea la misma población quien les abra la puerta y poder acudir ya sea por primera vez o como otros tantos que buscan repetir; quienes no han comprendido eso, tratan de aparentar que en su comarca todo va viento en popa, cuando la realidad es justamente otra.
Unos supieron evaluar bien su posición y al haber cambiado recientemente de anfitrión, comprendieron que las formas y lealtades son importantes para congraciarse con él. Aunque muchos de inicio no apoyaron su causa, comprendieron que es de sabios el reflexionar y hacer lo pertinente para poder malentendidos enmendar.
Otros creyeron que por tener amistades encumbradas o coincidir en ciertos intereses iniciales en común, estaba asegurado el cariño y con ello su invitación. Tan sobrados se sintieron que olvidaron todo aquello que prometieron hacer y perversamente terminaron haciendo más por ellos mismos que por los demás.
Existen los que agarran vuelo por supuestos padrinazgos a conveniencia como también aquellos que quieren aceitar a los allegados del anfitrión para asegurarse un lugar. Se asoman algunos incrédulos que sin mucho mérito sienten contar con las tablas para ser tomados en cuenta y aquellos que aún con méritos siguen cosechando más logros para no dejar dudas, que ellos deben ser a los que por congruencia tendrían que sin duda invitar.
Habrá que recordar que no hay que olvidarse de las reglas no escritas para ser uno de los asistentes a tan importante ocasión, tomando en cuenta que en unos meses también vendrán los lineamientos oficiales. Algunos asistirán a otros no los dejarán, de tantos serán pocos los que a la fiesta terminarán invitando.
El anfitrión con su calma y elegancia vigila, mientras cada día más se alborota el ambiente. Corazones palpitarán más fuerte y otros entristecerán, el cupo es limitado y no tardaremos en ver quienes realmente tienen la mejor oportunidad para que los puedan contemplar.
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ