Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Luis Héctor Salinas Rodríguez, hijo de la activista asesinada hace seis años, Miriam Rodríguez Martínez, recordó con voz entre cortada la desaparición y muerte de su hermana y la ejecución de su madre. Aún falta dictar algunas sentencias sobre el caso de su madre.

Para él, celebraciones como Día de las Madres, Navidad, cumpleaños, son días de sentimientos encontrados, muy lejos de celebraciones y más bien se convierten en fechas en donde las condolencias no cesan.

"Es un día muy difícil, desde hace años es un día de altibajos. Todos estos días que para otras personas son de júbilo, para uno se convierte en un día de sentimientos encontrados".

"Desde que faltó mi hermana, que fue lo que originó todo esto, yo recuerdo que desde esa Navidad, las cosas fueron diferentes. Vienen fechas importantes, cumpleaños, es muy difícil".

“Por ejemplo hoy que abro las redes sociales y veo gente conviviendo con sus mamás, a mi me toca recibir condolencias, es un día muy difícil para mi".

Y aunque algunos de los autores materiales ya están presos nuevamente, el caso aún no está resuelto, pues hay otros que no reciben sentencia, como el delincuente arrestado en Nuevo León.

"Se hizo la detención de los autores materiales, se consignó a tres ellos, hay uno más preso en Nuevo León y aun no es juzgado por el asesinato de mi mamá".

"Nunca se describió cuál fue el trasfondo, la autoridad investiga solamente hasta los supuestos hechos, pero no sabemos quién fue el que mandó o qué fue lo que derivó, ellos no declaran. La ley es muy flexible en México".

En su momento, Luis Héctor buscó encabezar la Comisión Estatal de Atención a las Víctimas, sin embargo, aquel congreso a modo, frenó las aspiraciones de también asesor legal de madres buscadoras e impusieron un compromiso político.

"Tu sabes como se maneja todo, no se me permitió llegar".

Actualmente, el hijo de Miriam, da asesoría legal a las madres buscadoras, a quienes hizo un llamado a que se cuiden y hagan las cosas con mucha precaución.

"Es algo que ellas no van a dejar de buscar porque nunca una madre va estar tranquila si no sabe el paradero de su hijo, y ahí está mi madre que encontró la muerte por buscar respuestas de lo que le pasó a mi hermana. El llamado que yo les hago es que lo hagan con cuidado, que dejen a las autoridades hacer su función".

Espera que la inseguridad no se desborde como en el 2010, ya que, dijo, los hechos ocurridos recientemente, dejan entrever que la situación puede salirse de control nuevamente.

"Lastimosamente estamos viendo una situación en Tamaulipas que todos esperamos ver que es lo que va pasar, no sabemos si comenzará otra vez la violencia del 2010, 2012, fechas horribles.

"Ahorita estamos con la incertidumbre de qué es lo que va a pasar, pero yo les digo a las personas que tengan cuidado, tomen sus precauciones".

Llamó a fomentar la educación en los jóvenes para que no se involucren con los grupos delictivos y que no persistan los hechos que laceran a los ciudadanos.

La historia

Era 10 de Mayo del año 2017, recién acabó su jornada laboral; el sol había caído y se dispuso a regresar a casa. Ese día de celebración y fiesta para muchos, fue lamentable una fecha que enlutó a la familia Salinas Rodríguez, otra vez.

Días antes, la activista Miriam Rodríguez Martínez, alertó a las autoridades sobre el peligro que corría. Pero al gobierno indolente poco le importó el llamado de auxilio de la buscadora de personas, y ocurrió lo peor.

Miriam bajó de su vehículo sin imaginar que los asesinos estaban al acecho para acribillarla hasta acabar con su vida. El 10 de Mayo, prepararon el artero crimen, que aún no se termina de esclarecer.

Los mismos asesinos a los que metió presos por el asesinato de su hija, Karen Salinas Rodríguez, pero que el endeble e inoperante sistema penitenciario de Tamaulipas, permitió que escaparan, junto a 25 reos más de la cárcel de Ciudad Victoria.

Ejecutan a Miriam Rodríguez Martínez, se replicaba en los encabezados de los medios de comunicación de México y el mundo. Un asesinato que pudo evitarse, si el Estado la hubiese protegido, como ella lo imploró.

Hoy su familia, llora sin parar la partida de Miriam, la madre, la luchadora, la esposa. Esa mujer que sin titubeos, de entre el dolor y el coraje, retó al miedo y encontró a su hija en una fosa clandestina, y siguió su lucha hasta encontrar a los asesinos.