Ciudad Victoria, Tamaulipas. - Ricardo Pérez Pérez fue una de las miles y miles de personas que se quedaron desempleados por la pandemia del Covid 19 en Ciudad Victoria, que trajo entre muchas cosas, pobreza y el cierre de cientos de negocios.

Esta contingencia sanitaria no solo obligó a modificar la vida cotidiana, sino también a buscar nuevas opciones de supervivencia en un mundo de puertas cerradas y confinamiento.

En entrevista, el chiapaneco dijo que siempre se dedicó a los malabares vestidos de payaso, iba de ciudad en ciudad hasta que llegó a la capital de Tamaulipas, donde decidió tener un empleo formal.

Luego de tres años de laborar en una florería, el coronavirus obligó a los dueños a recortar personal y él fue uno de los elegidos.

Aunque no tienen hijos, Ricardo es un hombre de familia y debe llevar el gasto a la casa. Un día, desesperado por la situación, mandó a hacer el traje de ese ogro verde que chicos y grandes adoran: Sherk.

Compró maquillaje verde y se caracterizó, al principio le costó un poco de trabajo, pero con el paso del tiempo su habilidad ya le permite terminar la personificación en 40 minutos.

"La necesidad más que nada y tuve que enseñarme, en los cruceros así vestido de Sherk tengo dos años, antes tenía un trabajo, pero les vino la pandemia y eso y me dieron gas", expresó.

Añadió;

"Todo ya subió, las cosas, hay que sacar para la necesidad diaria, lo que es el huevo y la tortilla ha subido bastante, y hay que seguir comiendo, eso no lo podemos dejar de hacer, entonces hay que salir a buscar la papa".

Desde que era payaso tenía la intención de personificarse de Sherk, para darle un cambio a su labor, pero desistió y continuó con la nariz roja y los zapatos coloridos de un payaso.

"Siempre tenía la intención, luego agarré el trabajo y ya se me olvidó, luego me corrieron y dije, de qué voy a sobrevivir, payasos ya hay muchos, qué puedo hacer para sacar dinero, y ser diferente".

"Entonces cuando me corrieron del trabajo, dije ya no quiero ser payaso, entonces que mando a hacer mi vestuario, batallé para maquillaje pero lo conseguí, y así aquí ando".

Ricardo arriba a sus puntos de trabajo alrededor de las 11:00 de la mañana, y esta ahí hasta las 6 o 7 de la tarde. Aguanta las inclemencias del tiempo e incluso alguno que otro acto de discriminación.

"Al principio no me gustaba, me da pena salir a la calle, ahorita no, aparte lo recibieron bien, y sobre todo los niños, me regalan una sonrisa y eso me da mucha felicidad".

"Sí he recibido discriminación, luego pasan señores, y me gritan ponte a trabajar y cosas así, pero yo los ignoro, no tiene caso ponerle atención, hay que tener el autoestima muy alto, porque sí no, te tiran al suelo".

El "Sherk" de Victoria de ese oficio saca el recurso que necesita para sobrevivir, sin lujos, pero lleva el pan de cada día a su casa, donde lo espera su esposa.

"Gracias a Dios este personaje me ha dado para comer, es el que me ha dado más recurso, para vivir más holgado, porque en verdad se batalla hasta para comer".

Ricardo es sobreviviente del Covid-19, lo que lo imposibilitó de salir a la calle, pero tras su recuperación salió nuevamente a regalar sonrisas a cambio de una moneda.

Al ogro lo encuentra en el 19 López Mateos, en los cruceros de la Colonia Estrella, en el 8 a la altura de la tienda de productos para el hogar.

"Los niños me quieren y hasta los grandes, me piden fotos y así. Mi trabajo me encanta, me ha sacado adelante este personaje, y la Fiona, esa está en la casa".

Pidió no estigmatizar a las personas que están en los cruceros en busca de sobrevivir, porque "no todos somos iguales, habemos quienes sí venimos y lo tomamos como un trabajo".