Barbarie política
Desde estudiante de secundaria conocí, en clases de civismo, algo del Manual de Carreño; que son, hagan de cuenta, consejos y recomendaciones sobre cómo comportarse en distintos contextos. Y en las redes sociales, hoy en día, más de una vez nos topamos con recomendaciones como se debe comportar, digamos, en público o ante un grupo de personas. En fin, es cuestión de civilidad o de barbarie, cuando resulta que nuestros políticos, electos por el voto popular, prefieren el protagonismo y hasta el escándalo.
Los políticos en general, pero esencialmente quienes son diputados (locales o federales) son identificados como los peores en cuestión de imagen; no porque vistan mal, pero si cómo se comportan, sobre todo, en el escenario legislativo. Por eso, Víctor Gordoa, indica que cuando un político es su cliente, le recomienda: si fuiste diputado, no lo presumas… es, como quien dice, un negativo. Cada vez que me entero de un escándalo legislativo, pienso: ¿esos nos representan?
NO ME TOQUES.
Los diputados locales siempre son motivo de escándalo. Cada legislatura tiene, en ese sentido, su propia historia. La actual no escapa, recuerden como inicio: con los escándalos de las morenistas que se pasaron al PAN; de cómo, unos y otros, en cada sesión legislativa, aprovechaba para lastimar, injuriar, al contrario, al grado que hubo hasta acusaciones de robo de un celular, sin faltar las de vendidos, empujones y las expresiones denigrantes. Es, la actual, la menos brillante, aunque si destaca por sus pleitos.
El más reciente, reseñado por los medios y las redes sociales, fue provocado por el diputado panista Carlos Fernández Altamirano. Aprovechó la comparecencia de Pedro Cepeda Anaya, titular de Obras Públicas, para llamar comparsa de MORENA a su homologo Gustavo Cárdenas, del Movimiento Ciudadano. “Los panistas fueron corruptos” respondió. Empujones y expresiones de no me toques, me estas faltando al respecto. El caso es que, con actitudes como estas, solo muestran un comportamiento no apropiado y se convierten en protagonistas de escándalos, escándalos y más escándalos.
FORMALIDAD Y RESPETO.
Sasil de León es una senadora de Encuentro Social. Por ser, quizá, un evento sin tintes legislativos, para honrar la trayectoria de Elena Poniatowska, entregándole la Medalla Belisario Domínguez, le dieron a la senadora la tarea de elogiar, de ponderar, la trayectoria y mérito de la receptora de la medalla. Y quizá con una actitud de lacayismo político, la senadora se salió del guion: en lugar de hablar de la escritora, se puso a despotricar en contra de los magistrados que apoyaron quitarle la Guardia Nacional al ejército.
Sasil de León con su actitud solo provoco que se dieran otros eventos. Que senadora aguerridas, como Lily Téllez, aprovechara la oportunidad para enfrentar a Jesús Ramírez, el vocero presidencial a quien preguntó: “Que opina sobre la falta de respeto de Sasil a la Suprema Corte y a la división de poderes”. En fin, Lily hasta tildo a Ramírez de ser vocero de Victoriano Huerta. Se armó un borlote de primera; unos se salieron, otros le atizaron a Sasil, y en pocas palabras le dieron la razón a AMLO: que tiene miedo a que le falten el respeto… el solo quiere escuchar, como gritan los morenistas, que “es un honor estar con Obrador”.
DIVISION DE PODERES.
Formalmente México tiene una división de poderes: En el mismo nivel están, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Sin embargo, en la época del PRI solo mandaba galleta el Presidente de la Republica; el palomeaba los futuros senadores; luego estos aprobaban las propuestas que hacía de los Magistrados de la Suprema Corte. Así fue, hagan de cuenta, durante más de 80 años… Es la época en que AMLO se forjo como político, primero como priista, luego como opositor, hasta llegar a ser el Presidente de la Republica.
Los Presidentes estaban acostumbrados a que, unos y otros, legisladores y magistrados, se le cuadraran, pese a estar en el mismo nivel de autoridad. Por eso, esa costumbre, hace que AMLO envié una iniciativa de ley y, por demás visible, les ordena que no le quiten ni una coma: principalmente los diputados, lo hacen y gritan… ¡es un honor estar con Obrador! El problema es que MORENA no tiene mayoría en el Senado y con los diputados no tiene mayoría calificada: de ahí los reveses que, a la postre, recibe de unos y otros, ahora de los magistrados… Por eso Sasil de León consideró defender a su Presidente, olvidando el respeto y civilidad a un evento protocolario.
TIENE RAZON AMLO.
Hoy las cosas son diferentes en varios aspectos. Por un lado, efectivamente, se manifiesta una división de poderes; AMLO no ha sido capaz, en ciertos casos, de imponer su visión de cómo deben ser las cosas. Y en ese transitar olvida que el, con su triunfo, desató una oleada democrática que rompió un esquema de poder: su gran problema es que, ante la diversidad de ideas, opiniones e intereses, no cabe al menos en este momento, la imposición unilateral de una visión de cómo debe ser la política y el Estado… no, mientras haya oposición política, contrapesos y una dinámica de hacer deocracia real.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ