Contamos con tres Américos
Conocí al ingeniero Américo Villarreal Guerra (Américo I) cuando era senador; viví como muchos reporteros de entonces su precampaña por la gubernatura y tuve la fortuna de cubrir buena parte de sus recorridos por la entidad en busca del voto que le llevó al poder ejecutivo de Tamaulipas. AVG fue muy amigo del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado quien, conforme a los usos y costumbres de la época, fue determinante para la postulación y ayudó para que Tamaulipas tuviera obras materiales que muchos ya conocen. Quienes trataron a Américo I hablan de su eficiencia como ingeniero civil, su pasión por las obras hidráulicas o su lealtad a su partido. En lo personal, si me cuestionaran sobre la principal virtud del difunto ex gobernante, yo diría que le distinguía la madurez emocional, en una palabra: la serenidad.
Al médico Américo Villarreal Anaya (Américo II) nunca lo traté ni como cardiólogo ni como político. Mi primer encuentro con él fue una conferencia de prensa que ofreció como candidato a gobernador de MoReNa en el salón de un hotel del norte de esta capital. Le hice una sola pregunta y me sorprendió el tono de la respuesta en la que expresó un conocimiento profundo de los temas que abordaba y una madurez emocional que me recordó a su padre. Aunque AVA llegó al mismo cargo que se progenitor por diferente partido, hay muchas similitudes en el discurso, en las propuestas y en el tono. Américo II es un protagonista que se gana el respaldo del público en base a generar esperanzas; habla con tranquilidad de médico pero ha sido una revelación como político. Aunque llegó y cuenta con todo el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador, Américo II tiene méritos propios y podría igualar o superar a su ilustre padre. Por lo pronto, comenzó con el pie derecho generando confianza en todos los sectores.
No tengo el gusto de conocer personalmente al joven Américo Villarreal Santiago (Américo III), sin embargo, he seguido por medios informativos y redes sociales algunas de sus actividades durante la campaña de su padre. Me parece de lo más normal, lógico y congruente que AVS apoye a AVA tanto cuando aspiraba al cargo como ahora en calidad de jefe del poder ejecutivo tamaulipeco. Mientras Américo III se conduzca de manera autónoma, independiente respecto al honroso cargo que ocupa Américo II, no encuentro ninguna razón para impedir que participe en actividades políticas en su estado porque el joven Villarreal Santiago tiene derechos y, como todos los tamaulipecos, puede ejercerlos a plenitud. Entiendo que a los adversarios de MoReNa les moleste el protagonismo del hijo del gobernador pero, al igual que otros, creo que es más saludable que sea protagonista aunque eso moleste a uno que otro antagonista.
Abundan los hijos o nietos de políticos que se han labrado una carrera en los asuntos públicos a nivel nacional pero, por ahora mencionaré algunos ejemplos locales: Emilio González Martínez, nieto del exgobernador Emilio Martínez Manautou, fundó y ha dirigido al Partido Verde Ecologista de México; Enrique Cárdenas del Avellano, hijo del exgobernador Enrique Cárdenas González, construyó una brillante carrera como legislador y político; Miguel Cavazos Guerrero, hijo del exgobernador Manuel Cavazos Lerma, ocupó algunos espacios públicos; Gustavo Cárdenas Gutiérrez, sobrino de Don Enrique ha sido y es en la actualidad una prominente figura de la política tamaulipeca y Alejandra Cárdenas Castillejos, nieta del exgobernador ECG, es la nueva imagen de ese poderoso clan político y empresarial. En ese contexto, Américo Villarreal Santiago está en todo su derecho de labrarse un futuro. Buena suerte para todos.
Correo: amlogtz@gmail.com
Ambrocio López Gutiérrez
Periodista y Sociólogo.
Columnista en diversos medios electrónicos e impresos.
Redactor en el equipo de Prensa de la UAT.
Profesor de horario libre en la UAM de Ciencias, Educación y Humanidades.
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