Rendición de cuentas
No puede espantarnos lo que está sucediendo: pasado el informe del gobernador Américo Villarreal Anaya, la comparecencia de los titulares de las dependencias publican, han ahondado en los datos, a detalle, de fue la administración anterior: saqueo indiscriminado del erario público, vehículos extraviados, pagos indebidos a contratistas, obras sin concluir o solo en obra negra… tres secretarios del gabinete ya lo hicieron: ¿Qué más falta?
En lo personal no creo en los informes gubernamentales: la Constitución Federal, para el Presidente; y la estatal para el gobernador, disponen la obligación que tiene el titular del ejecutivo de dar cuenta del estado que guarda la Administración Pública, a su cargo. Y en la práctica, no lo hacen, nos dan cuenta de un rosario o inventario de lo que hicieron en cada renglón, se echan porras, cuando deben darnos el diagnóstico y las medidas que tomaran para salir adelante.
DEMOCRACIA Y PROTAGONISTAS.
Cuando el PAN ganó la segunda presidencia de la República con Felipe Calderón, la expresión más usada, fue que la democracia había llegado para quedarse. Y es que, antes de eso, hagan de cuenta que el PRI hacía y deshacía; no había contrapesos, porque la oposición no contaba. En la medida que se van dando los contrapesos es como, también, van apareciendo los contrapesos para el arte de gobernar.
Como la corrupción e impunidad estaba tan arraigada que nació la Contraloría, hoy la Auditoria de la Nación; como todos los gobiernos eran opacos, nació la cuestión del Acceso y Transparencia de la Información; como el Estado, sus entidades y dependencias violaban los Derechos Humanos, nació la Comisión Nacional de los Derechos Humanos… órganos que tienen como naturaleza su autonomía técnica y financiera; y que, parece mentira, AMLO que se proclama demócrata, está encaminado a destruirlos o bloquearlos… no quiere que le estorben.
ORGANOS ANTIFUNCIONALES.
A nivel nacional los órganos autónomos han funcionado, o medio funcionado, por una sola razón: son autónomos. Y en el caso de las entidades federativas, caso Tamaulipas, no han funcionado porque no han sido autónomas. Por eso, el caso del ITAIT, que es considerado como un elefante blanco. No así, la Auditoria Superior y la Fiscalía General. La razón, simple y llana, sus titulares siempre han respondido a los intereses del gobernante en turno: que al tener el control legislativo pone a sus cuates.
Si la Auditoria Superior del Estado funcionara, si hubiera actuado según sus funciones, habría impedido que los servidores públicos anteriores se despacharan con la cuchara grande. Hoy Tania Contreras, la responsable jurídica del actual gobierno, se queja: que la Fiscalía Estatal no actúa, que ya van más de 4 meses y las denuncias interpuestas por las anomalías encontradas en el gobierno. Por eso, aunque parezca increíble, la 4T en Tamaulipas se queja de que no les hacen caso y andan promoviendo que la FGN atraiga las mismas. La cuestión, es que dinero se saqueó: estatal o federal.
CIRCULO VICIOSO.
La historia de la administración federal, estatal o municipal es de un saqueo indiscriminado. Y es que, pese a que los tiempos cambian, tal parece que aún persiste aquello de que: tu solo ponme donde hay, yo me encargo del resto. En pocas palabras, para quienes han llegado a ocupar un cargo en la administración pública, el puesto es solo una vía para que el erario público sea un botín. Por eso, bien que decían en otros tiempos, que llegan con las manos en la bolsa y, de pronto, las bolsas están en las manos.
Durante la época priista fue tanta la corrupción, la impunidad, que Jesús Silva-Hersong identifico el fenómeno como: los nuevos ricos de la revolución. Y es que, era tanta la voracidad, que una vez terminada la tarea publica, siempre era evidente que había cambiado la posición económica del servidor público. Por eso, también se recuerda, como Carlos A. Madrazo cuando fue gobernador prohibió a sus colaboradores sacarse la lotería o recibir herencias de sus abuelitos.
TRANSPARENCIA DE LA RIQUEZA.
Quienes han ocupado cargos en la administración pública viven una paradoja: como servidores públicos hacen y buscar ser opacos, ocultar la información, de tal suerte que no se vea la naturaleza de sus decisiones y actos. Sobre todo, si son corruptos, dominados por la avaricia, que siempre quieren más y más. Solo que, como parte de una comunidad, de una familia, están siempre bajo el escrutinio de la sociedad: no pueden ocultar su riqueza, sus casas, sus coches, sus viajes, sus joyas. Vean solo el caso de Emilio Lozoya: ¿de dónde salió toda su riqueza?
Opacos y transparentes: opacos como servidores públicos; transparentes como entes privados.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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