Imagen, poder y política
En la corte de Luis XIV cualquier persona que el rey decidiera mirar ascendía de inmediato en la escala jerárquica de la corte. Los cortesanos sabían que tenían que hacerse ver, y para ello ponían gran atención en su aspecto físico y luego buscaban la forma de crear un estilo y una imagen que los hiciera sobresalir.
Salvador Gracian decía que: “por lo general la verdad se ve y muy rara vez se oye.” Una imagen se impone por sí misma, produce asociaciones impactantes, comunica al instante y se constituye como un instrumento fundamental de la persuasión. La imagen pública es el resultado de la forma y el fondo, es comunicación y es percepción, y en el proceso de la percepción intervienen factores como: prejuicios, capacidad cognitiva, circunstancias, cultura, expectativas y motivaciones de los individuos. Estos principios aplican para todo y en un año de elecciones será muy importante estar atentos para descubrir las tácticas utilizadas por los diversos candidatos para parecer más atractivos ante los electores. Aquí algunas consideraciones.
Si bien no se puede influir directamente sobre la conducta de las personas, sí es posible influir sobre las imágenes que reciben.
El estereotipo del político forma parte de un conocimiento aparente de la realidad que no es fácil de cambiar, el cual se refuerza o se desvanece a partir de los estímulos que la clase política transmite. Dado el estereotipo (generalmente negativo) que se tiene de los políticos, es fácil que la gente satanice sus errores.
La imagen pública es un recurso, una herramienta, un proceso y un método para acceder el poder; y de la calidad de la imagen dependerá el poder que pueda generar.
El poder de las imágenes está en su capacidad para generar actitudes que influyen en la percepción de la realidad.
Las tácticas de agrado pagan porque generan sentimientos de buena voluntad, persuaden y crean ilusiones convincentes, y ello concede ventajas.
El uso intensivo de las tácticas de agrado no garantiza el éxito.
Para ganar credibilidad es necesario que las acciones valgan más que las palabras.
Conocer al público es clave para alcanzar y conservar el poder, pues quien vive en una fortaleza pierde contacto con la fuente de su poder.
Cuanto más difícil sea para la gente comprobar la veracidad de las palabras, más probabilidades habrá de que los políticos exageren.
Es necesario elegir estratégicamente las tácticas de agrado, debido a que el uso indiscriminado puede ser contraproducente.
La imagen, la comunicación y el branding son conceptos que se piensan y trabajan conjuntamente; porque la imagen se nutre de tres componentes indispensables e indisociables: comunicación, apariencia y comportamiento.
La imagen política es la capacidad de transmitir con nuestra campaña, candidatura o gestión exactamente aquello que nos propusimos al ingresar a la política y sentar las bases de lo que luego será nuestra marca política.
La percepción que los ciudadanos se forman constituye mi imagen política, sin importar el concepto de verdad o realidad subyacente, y está se da a través de lo que transmito y comunico.
La estrategia de campaña debe incluir, siempre, a la estrategia de imagen política y pública, y cuando no lo hago corro el riesgo de que todo el esfuerzo y los recursos sean contraproducentes con el objetivo trazado.
Los ejemplos abundan y es común encontrar en muchos de nuestros países líderes que llevan adelante causas sociales y no pueden explicar su patrimonio, ambientalistas y candidatos verdes fumando detrás de escena y líderes de la generación de consensos qué no admiten la libertad de prensa.
El esfuerzo debe concentrarse en ser, parecer, gestionar y comunicar homogéneamente y el resultado de hacerlo siempre está relacionado con mejores índices de confianza y credibilidad de los actores políticos.
“En política la imagen es un recurso, una herramienta, un proceso y un método para acceder al poder, para competir por él, para ejercerlo y conservarlo.”
Alberto Rivera
Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.
Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.
Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.
Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.
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